sábado, 27 de febrero de 2016

Cantar el toreo

Por Luis Miguel López-Rojas

Un grupo de facebook "Quedada para el 21 en Vistalegre"  organizado por Rocío Pedroso y Paco Carmona (... ¡Y quedamos!)
El pasado domingo, 21 de febrero de 2016, vivimos en el Palacio Vistalegre una tarde memorable. Tarde en la que volvían a la vida torera, dos héroes. David Mora, dos años después de esa brutal cogida en la puerta de chiqueros del coso venteño. Que a punto estuvo de quitarle la vida. Salvada ésta. Las secuelas en su pierna que casi se convirtieron en irreversibles e irrecuperable para el toreo. Y Saúl Jiménez Fortes, que compartía cartel con David en aquella ocasión y que un año después, en apenas seis meses, sufrió dos cogidas en el cuello, que le tuvieron a milímetros de la muerte. 

Pero ambos, después una dura travesía en el desierto, volvían a la vida para volver a jugársela. Una tarde en la que se concentraron muchos de los valores que encierra el toreo. El toreo es valor, es sacrificio, afán de superación, respeto, humildad, solidaridad, compromiso, entrega absoluta… pero sobre todo es vida. El toreo es la vida misma. 

Se acumularon una cantidad de emociones indescriptibles. Sólo los que estuvimos allí sabemos lo que vivimos y lo que sentimos. Incluso presenciamos el milagro de la bravura. Con un toro con una forma de embestir grandiosa. Una pena que no se le pudiera perdonar la vida para que todo lo vivido hubiera trascendido más allá de los muros de Vistalegre. Enviar a la sociedad este mensaje de vida. 

Muchas veces, la mayoría, los aficionados tratamos de empequeñecer el toreo. Destacar lo negativo. Seguro estoy que si se hubiera perdonado la vida a ese toro, se hubiera abierto todo un debate de las razones que cada uno tendría para no haber concedido tal privilegio. Del mismo modo que buscamos de las actuaciones de los toreros, lo que no se adecua a lo que cada aficionado entiende como interpretación “única y verdadera del toreo”. Ser negativo y poner todo lo que encierra este mundo bajo sospecha, se considera sinónimo de buen aficionado. Nada más lejos de la realidad. Pero el problema no es la consideración de buen o mal aficionado, sino la imagen que transmitimos a los que nos ven desde fuera.

Por la evolución de los tiempos, la tauromaquia ha ido perdiendo cada vez más repercusión social. Hoy en día, es una gran desconocida. Relegada al olvido en los medios de comunicación generalistas. Muchas veces de forma interesada. Se encuentra tan debilitada, que todos los contrarios a ella han encontrado un caldo de cultivo ideal para atacarla. Lo que hace escasas décadas parecía impensable, hoy es una amenaza tangible y real. Si además, para aquellos que viven en la neutralidad, o en el desconocimiento,  los que se supone somos aficionados, que nos gusta y la amamos, les transmitimos una imagen tan negativa, tan nefasta, flaco favor estamos haciendo.

Por eso es tan importante difundir y cantar tardes como la del domingo en Vistalegre. Cantar el toreo y su grandeza. Que se conozcan historias como las de David y Saúl.

Todo somos conscientes que es un mundo imperfecto, y también por eso nos gusta. 

Algo muy grande debe ser para ser capaz de juntar a un grupo tan diverso y lejano de personas a cuya cita acudimos. Nueve malagueños, capitaneados por el alma de este blog (gracias Morente), que recorren media España en furgoneta, eso sí, furgoneta de toreros, conducida por chófer de toreros. ¡Ole! De Madrid, de Arganda, de Toledo, de Jerez de la Frontera… de otros países, amigos franceses (Jack Coursier y su encantadora esposa), italianos (Nicola con el grupo del Club Taurino Italiano presidido por Paolo)… más de veinte personas que compartimos mesa y mantel, sin importar edad, sexo, nacionalidad, ideología, religión…sólo un nexo de unión. Nuestro amor a este rito ancestral.  Y un objetivo, devolver a estos dos héroes en forma de apoyo, cariño y admiración, una ínfima parte de tan alto tributo que les ha tocado pagar. Hoy triunfa la vida y el toreo.

En Vistalegre. Venidos de todas partes.
Mención especial para Paco Carmona, convocante, alma y motor de esta reunión, de esta "quedada". Ser torero es una filosofía de vida, una forma de vivir. Has sido, eres y serás torero toda tu vida. Capaz de transmitir con la pasión del que ama. De descifrarnos los códigos del toreo. Con una capacidad pedagógica fuera de lo normal. Dentro del grupo tan diverso, capaz de entrar en conversación con todos y cada uno de los allí presentes. Encontrando siempre la distancia y altura adecuada. Presenciar una corrida a tu lado es encontrar la Piedra Rosseta del toreo, sobre todo para mí, que en cuestiones técnicas, tan rápido pierdo las manos… Gracias Paco, tu amistad es un regalo.

Esto es lo que vivo.  Esto es para mí este mundo grandioso. Tan grande como la inmensidad el mar. Me marcho feliz a casa.  Con una imagen y un sonido. Un sombrero cordobés arrojado al albero, a los pies de dos toreros que vuelven a la vida… y el sonido de las olas, las olas del mar… del mar del toreo.

Por esto yo canto al toreo, y lo grito al mundo…

Hasta pronto, amigos.

Luis Miguel López Rojas.


Un sombrero cordobés (el del gran aficionado malagueño Juan Manuel Pozo Torres) que acabaría volando hacia el albero, en perfecta parábola, a los pies de dos toreros que vuelven a la vida (Fotografía: L.M. Sierra)

5 comentarios:

  1. Gracias por la parte que me toca. Pero sobre todo, gracias a personas como mis amigos Jose Morente y Luismiguel López Rojas, que tan importante labor hacen para la Tauromaquia.
    Porque su amistad es un regalo y un continuo aprendizaje.
    Hablar mal de toros es muy fácil, no hay que saber y además está bien visto. Lo difícil es hablar con pasión, de manera positiva y mirando siempre hacia delante. Qué bueno que toreros como David o Saul, cuenten con aficionados como vosotros para que sus esfuerzos se vean compensados de cara al aficionado.
    Sois un canto a la esperanza, una forma de decirle a la afición que sí se puede. Que si se quiere, se puede.
    Muchas gracias y (Luismiguel) muchas veces.

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  2. El problema no es transmitir una imagen negativa, el problema es que esta imagen es en buena parte real.

    Que las plazas no se llenan

    Si los que manejan el mercado taurino tuvieran altura de miras

    1 Darían un buen producto
    2 Lo pondrían en valor
    3 Lo venderían bien
    4 llenarian las plazas
    5 Los antitaurinos no tendrían brechas por donde entrar


    Un sector preocupado por su futuro haría encuestas de satisfacción, remediando los puntos negativos.

    Estudiarian casos de éxito para adaptarlos allí donde se falla.

    Pero la realidad es que en general ha hecho lo contrario, ha vivido en la auto complacencia y ha demonizado toda voz discrepante.


    Un Saludo.




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  3. Sebastián A.

    No estoy de acuerdo. Creo que más que resaltar los aspectos negativos (que lógicamente siempre los hay y habrá) conviene entender porqué las cosas son como son.

    Si decimos que las plazas no se llenan y no lo relacionamos con la crisis económica y con el desapego de la sociedad urbana y animalista hacia un espectáculo enraizado en lo rural y donde se sacrifica un animal en plenitud, creo que podemos llegar a conclusiones equivocadas.

    El toreo tiene luces y sombras. No sería malo poder hablar tranquilamente de sus aspectos negativos pero para eso ya hay demasiados voluntarios que se solazan y complacen en ello.

    Yo personalmente y como digo prefiero intentar entender las cosas del toreo actual (me gusten o no) que criticarlas sin ton ni son.

    Un cordial saludo.

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  4. Sebastián A.

    (Postdata) tampoco comparto lo de demonizar las voces discrepantes. Al contrario, en el toreo, lo que siempre ha dado marchamo de "buen" aficionado y de "entendido" ha sido la crítica negativa y pesimista.

    Otro saludo.

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  5. Sebastián A.:

    Lo que si comparto con usted totalmente, el guion de actuación que propone: Poner en valor el producto y hacer encuestas de satisfacción entre el público. Y actuar en consecuencia.

    Un saludo

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