Por Jose Morente
Paco Ureña con Agitador de Fuente Ymbro en Madrid el 9 de mayo de 2015. El toreo no siempre es perfecto, lo que no quita para que no sea emocionante (Foto EFE)
Las malas costumbres
Acostumbrados al exquisito toreo, tan perfecto, tan redondo, tan preciso, de los mejores toreros de nuestra época con los mejores toros tan bravos tan nobles, tan pastueños, de la actual cabaña brava, se nos va olvidando que el toreo es, en general, mucho menos perfecto, menos redondo, menos preciso.
El público de hoy no aguantaría ya los enganchones de la muleta de Manolete, emocionantes pese a ello, ni la falta de ligazón de las faenas de Ordoñez, repletas de hondura y empaque.
A Manolete y a los toreros de su época, se les disculpaban enganchones que hoy no se admitirían, por las cercanías y riesgos que asumían toreando. El trazo del muletazo de entonces no tiene nada que ver con el de hoy. Ni la tersura con la que se mueven las telas
Nos hemos acostumbrado mal. Como las figuras no salen del sota, caballo, rey de sus encastes predilectos, hemos llegado a pensar que siempre hay que torear con esa rara perfección a la que nos han/hemos habituado.
Y es ese un error en el que caen todos, los toreristas pero también los toristas, como se pudo comprobar en la corrida de Victorino del pasado San Isidro.
De forma contradictoria, el torista público de las Ventas del día de los Victorinos del pasado San Isidro fue incapaz de entender que todos los toros tienen su lidia y que, por eso, no todas las faenas pueden ser redondas y perfectas. Al final, los perjudicados son, como casi siempre, los toreros (Fotografía de Ana Escribano).
Un toro espectacular
Fuente Ymbro envió a Madrid una corrida bien presentada, muy bonita y con hechuras, de la que destacó un segundo toro, el de pelo más bello, Agitador, cuyo comportamiento agresivo y fiero, puso a prueba los conocimientos de periodistas y aficionados. Veamos.
Un toro armónico y de espectacular pelaje. Tan espectacular como lo fue su comportamiento (Fotografía de la web de las Ventas)
Para Sixto Naranjo, en la Cope, fue un toro bravísimo (con el único reparo de una cierta falta de clase). La faena empezó bien hasta que, según Sixto, Paco Ureña acortó las distancias. Resumen: Gran toro y error del torero.
Para Sixto Naranjo (COPE), la faena empezó bien pero… (Foto Fran Jimenez para Aplausos)
Zabala en el Mundo, coincide. El toro fue para “refundar” una ganadería y su bajón final (pérdida de ritmo en la embestida) se debió a la pérdida de sitio del torero.
Para Zabala, Agitador fue un toro de vuelta al ruedo (El Mundo)
Para Iñigo Crespo, en Aplausos, además de bravura, el toro tuvo la clase que le negaba Sixto. Reconoce que la faena fue a menos pero no distribuye culpas. Ni al toro ni al torero.
Antonio Lorca, en el País, se sitúa en la misma onda aunque apunta que quizás el bajón final se debiera al agotamiento del toro por el esfuerzo realizado (hipótesis que debemos anotar y tener en cuenta). Sobre Ureña, al que elogia, matiza que puede que le faltara experiencia y oficio. Algo lógico, añadimos nosotros, en diestro poco placeado.
Para Barquerito, que es el crítico que más se fija siempre en el juego de los toros, todo se quedó a la mitad. El toro, bien en los encuentros pero mal en las salidas del caballo, y el torero, firme y luciendo al toro pero escaso de mando. Y un detalle que sólo el destaca, los bramidos del toro en cada arrancada.
En consecuencia, valoraciones distintas para Agitador y, valoraciones distintas para Paco Ureña. La lidia de un toro tiene tantos matices que, al final, el punto de vista de cada espectador lo condiciona todo.
El punto de vista de Madrid
En Madrid, se han visto ya tantas proezas y tantas grandes faenas, que se da por hecho que cualquier torero tiene (o puede) que estar superior con cualquier toro. Por eso, cuando esta plaza se encandila con un toro en el tercio de varas, ya no hay matices que valgan. Si la faena es un éxito, eso era lo lógico y previsible. Si no alcanza el cenit presentido, la culpa (toda) es del torero.
En Madrid se ha visto tanto y tan bueno, que cuando las cosas no salen perfectas todo se achaca al torero (Foto de Fran Jimenez para Aplausos)
Ese punto de vista no es demasiado acertado. Entre otras cosas porque el comportamiento del toro en varas no suele ofrecer muchas pistas sobre su comportamiento en la muleta y es que fiereza y toreabilidad no solo no suelen ir de la mano sino que, en la mayoría de las ocasiones, son caracteres casi contrapuestos.
La prensa profesional, por profesional, matiza y modera esa postura tan intransigente pues entiende que las cosas no son tan simples.
Los aficionados en las redes sociales, más radicales, más atentos al discurso fácil, no entienden de matices. Por eso, se entroniza a Agitador (obviando sus evidentes defectos pese a ser un gran toro en tantos otros aspectos) tanto como se condena al ostracismo a Paco Ureña (obviando las virtudes que tuvo su faena pese a no redondearla). No es eso.
Pero la opinión que vale no es la de los demás, sino la nuestra propia. La de cada uno de nosotros. Así que aquí tenemos la lidia completa de este toro para ver y opinar… por libre.
Para ver el vídeo Pinche aquí
No es que a Manolere y a Ordoñez se les disculparan los enganchones, es que ni se los tenian en cuenta. Por el contrario, la critica y el publico destacaban aquellos muletazos en que los toros no lograban tocar la muleta de los diestros.
ResponderEliminarPepin fue el primer torero que consiguio torear limpio, sin enganchones. Lo prueban las imagenes de Aguayo en Cuŕrito de la Cruz, sobre todo si se comparan con las filmaciones de otros toreros de la epoca (Manolete, Pepe Luis, Parrita, etc.).
Los toros se ven en la plaza. Lo demás -cine, radio, tv- nada tiene que ver con la tauromaquia, por más que se empeñen.
ResponderEliminarSaludos. Luis Garicano.
Voy a enjuiciar al video de Paco Ureña y agitador,el toro es pronto, con transmisión, en los dos primeros tercios y medio del otro, el torero, con el capote,bien, aunque le falto, ganarle terreno y rematar de las dos rayas hacia fuera, en la faena de muleta, bien el torero, aunque en mi modesta opinión,iba mejor por el lado izquierdo al principio,estando peor cuando le cogió ese pitón, y los tirones finales por el lado derecho,viendo a lo mejor que el toro se apagaba,con la espada bien,mal con el descabello.El toro es espectacular,al revés como se cría hoy en día,para que dure en la muleta, no se emplean en los dos primeros tercios.En cuanto si antes se toreaba mejor o peor que ahora,había que analizar la calidad de la filmación, en la postguerra, era muy mala,y las condiciones del toro,Miguelín, le corto las orejas a un toro de Germán gervas, doblándose con el y cogiéndole el pitón, eso hoy,no lo permiten los públicos, ni están acostumbrados a verlo,saludos, Manuel Vazquez
ResponderEliminarLos toros se ven en la plaza, de acuerdo, y personalmente opto por ir a la plaza aunque me televisen la corrida. Sin embargo, a los toreros que no alcanzamos a ver los conocemos gracias a los documentos gráficos que han llegado a nosotros (dibujos y pinturas, en principio, fotografías, filmaciones y videos, después). No podemos ignorar y, mucho menos, despreciar ese material gráfico.
ResponderEliminarY si me permito hablar, como lo he hecho, de ciertos toreros desaparecidos es porque los he visto actuar durante mi infancia y tengo una buena memoria, Alguna ventaja tienen los años.
Luis Garicano
ResponderEliminarEs cierto que el ambiente y sabor de una tarde de toros se pierde en parte en el cine/video/TV pero no es menos cierto que estos medios permiten disfrutar y conocer a quien guste con la actuación de toreros de otras épocas e, incluso, de la nuestra pues no siempre nuestra economía o nuestra disponibilidad nos permite asistir a aquellos festejos que nos interesan.
Un saludo
japolos:
ResponderEliminarEn efecto. Buena prueba del comentario que le hacía a Luis Garicano es el caso de Pepín Martín Vázquez, cuya carrera quedó truncada a raíz de la cornada de Valdepeñas pero que gracias al cine podemos disfrutar en todo su esplendor. Sin el cine la imagen de Pepín sería muy distinta. Injustamente distinta.
Un cordial saludo
concretamente, puedo decir, que soy de los pocos, que ha toreado una vaca después de Pepín Martín-Vázquez,concretamente ,en lo de Pepe Romero, Zufre(Huelva), pues se retiró, y quemo sus chismes,no permitiendo a nadie,realizar entrevista alguna. Pero era lindero de este ganadero, y le pedimos que toreara y accedió, con un puro en la mano izquierda, le dio varios muletazos a una brava vaca, de encaste Murube, el día de antes salió las imágenes de currito de la cruz,fui oyente y amigo suyo,era de Joselito hasta la médula, su tío Curro alterno con el,ahora bien no se puede comparar por unas grabaciones la calidad de un torero u otro,pues, Belmonte,Curro Puya,Rafael El Gallo,Chicuelo¿me puede decir que toreaban mal? y ahora pregunto,¿alguien ha visto vídeos toreando bien de estos grandiosos toreros?, yo no he podido verlos,fotografías,sí,inluso secuencias de fotos mágníficas,donde podemos apreciar su grandioso toreo, y otra cosa más estos toreros han tenido faenas, que han pasado a la historia de generación en generación, sin haberlas visto,el de Graciliano de Chicuelo,el de la viuda de Belmonte, ectra. ManuelVázquez
ResponderEliminarManuel Vazquez:
ResponderEliminarRespecto a su primer comentario, apunta usted un matiz que creo conviene destacar. El toro que se cría para que aguante toda la lidia y el toro que se cría para que de un tercio de varas muy brillante pero que se desfonda al final. Decía yo en facebook con motivo de este toro que me recordaba a los de Veragua que tenían esa característica de una salida muy explosiva y desfonde a continuación. Un dilema para el ganadero y un interesante tema para el aficionado (sigue)
Manolo Vazquez:
ResponderEliminarSobre su segundo comentario. Es usted un afortunado. Eso de torear después o junto a Pepín creo que va a ponernos los dientes largos a más de uno.
Sobre los vídeos. Es cierto que de algunos toreros se conserva poco. De Chicuelo o de Gitanillo, por ejemplo, no hay casi nada. Apenas un lance o dos del primero y poco más del segundo. O del Gallo, tampoco hay mucho. De Belmonte, hay más cosas y creo que si dan medida de su toreo.
Pero reconozco que es difícil medir a un torero por sus películas (el que las tenga). Hay que situarse en el contexto de la época (lo que no es fácil). por otra parte, la calidad de la imagen (y me refiero sobre todo a la velocidad de reproducción) no es la mayoría de las veces la adecuada.
Pero Joselito el Gallo, está ahí para quien sepa y quiera verlo. Y también están Manolete, Ordoñez, Camino, Niño de la Palma, Antonio Marquez (¡Como toreaba!), El Viti, Bienvenida, Luis Miguel, Pepín, ... ¡Ay, Pepín!
Un cordial saludo