Por Jose Morente
Protagonistas del tercio de varas: El varilarguero Israel de Pedro (Fotografía de Andrew Moore)
Urge reformar de la suerte de varas
El gran tamaño y peso del toro actual, ha obligado a que salgan a las plazas unos caballos de picar grandes y pesados, además de bien entrenados. La consecuencia es que solo el toro que, además de bravo y fiero, sea grandón y fuertote puede dar espectáculo en ese tercio. Es la pescadilla que se muerde la cola.
Por el contrario, el exigente toreo de muleta demanda un toro que, además de bravo y noble, tiene que armónico, elástico y ágil. Un toro que, por su conformación y poder, no por su bravura, se ve impotente ante el murallón del caballo y el peto actuales.
Se necesita un toro grande y fuerte para el caballo y un toro ágil y armónico para la muleta. Son dos exigencias contradictorias que resulta difícil, por no decir imposible, que un mismo toro satisfaga de forma simultánea.
En esas condiciones, el ideal de una lidia equilibrada en los tres tercios parece un ideal inalcanzable. Si queremos recuperar ese equilibrio (que yo personalmente si quiero) sin renunciar al exquisito y depurado toreo de muleta actual (al que yo personalmente no quisiera renunciar), creo que la única solución es achicar caballo y peto, cuando sea necesario, lo que permitiría al toro armónico y ágil desarrollar su potencial de bravura en el tercio de varas y en los restantes. Más toro no es solución. Necesitamos más trapío y menos tamaño.
Mientras llega la reforma
Pero mientras, se resuelve esa ecuación de cuarto grado, sólo nos queda disfrutar con los toros bravos y nobles en la muleta y con los toros bravos y fieros en el caballo. Curioso de Escolar lidiado en Madrid el Domingo de Ramos es un buen ejemplo de ese tipo de toros que da un gran espectáculo en varas. Las que tomó de Israel de Pedro, nos entusiasmaron y entusiasmaron a todo el público de las Ventas.
Protagonistas del tercio de varas: Curioso de José Escolar (Foto de Andrew Moore)
Además de vivirlas en directo tenemos la suerte de contar con un reportaje fotográfico de Andrew Moore, que además de gran fotógrafo es un gran aficionado. Su trabajo (puro arte) nos va a permitir comentar un par de cosas evidentes y alguna otra menos evidente para los aficionados interesados en el bello primer tercio.
Primera vara
Joselito el Gallo, quien siempre aparece en cualquier historia que indague sobre los entresijos del toreo, quiso que su picador estrella, Camero, aprendiese la técnica que, en los tentaderos de Miura, había desarrollado Manuel Díaz, el mítico tentador de esa casa (Aguado, Paco. El Rey de los toreros-Joselito el Gallo, 1ª ed., Madrid, Espasa Calpe, 1999. Página 117). Se trataba simplemente de echar el palo antes de que el toro llegara al caballo.
Es un detalle importante, mas quizás que la colocación del puyazo. Y es que un puyazo mal colocado (caído o trasero) puede deberse a otras causas distintas de la impericia del varilarguero (un extraño del toro, una pérdida de manos al entrar al peto, un cambio de ritmo en su embestida, etcétera.). Conviene estar muy atentos al toro en ese momento. De hecho, conviene estar muy atentos al toro en todo momento pues “donde está el toro está la corrida”, como decía con sumo acierto Gregorio Corrochano.
En esta secuencia del primer puyazo de Curioso de Escolar, podemos apreciar perfectamente como Israel de Pedro ha echado el palo dejándolo caer antes de que el toro llegue a jurisdicción, antes de que llegue al peto.
Primera vara. El picador (Israel de Pedro le echa el palo a Curioso antes de que llegue al peto usando la técnica campera que, por instancias de Joselito el Gallo, aprendió Camero de Manuel Díaz el tentador de la casa Miura (Fotografías de Andrew Moore)
Segunda vara
Que el toro se arranque de largo en la primera vara está muy bien pero que se arranque desde una gran distancia en las siguientes, está mucho mejor. Y en el tema de las distancias, Madrid sienta cátedra. Ya se trate de las distancias muleteras de Chenel o de las distancias varilarqueras del tercio de varas. En esta plaza se disfruta (y ha disfrutado) siempre con las arrancadas de largo de los toros.
La distancia. Curioso ante el caballo de Israel de Pedro. El público de Madrid siempre ha disfrutada con la arrancadas de largo de los toros al caballo y a la muleta (Fotos de Andrew Moore)
Pero el tercio de varas no se acaba en esas distancias, en esas arrancadas de largo, ni siquiera se agota en ese galope suave, pausado y elegante que exhibió el toro de Escolar cuando iba al caballo. Tampoco en echar el palo a tiempo o sea, antes del tiempo del encontronazo.
Y es que el varilarguero tiene que ser también un gran torero a caballo y torear a caballo es saber mover al caballo. Primero, para colocarse, dando el paso adelante o atrás según convenga, para lo que se necesita un caballo de buena boca. Algo que hoy, por suerte, suele ser lo habitual.
Y debe saber mover al caballo, sobre todo, para evitar que el encontronazo sea eso, un encontronazo, un choque brutal contra un enorme murallón.
Para evitar que el encontronazo sea encontronazo, el buen picador tiene que manejar las riendas y tirar de la cabeza del caballo hacia la izquierda en el momento o un poco antes de que el toro llega al peto.
Al desplazar los pechos del caballo hacia la barrera, se amortigua el encuentro, el choque es menos brusco, menos brutal y el encontronazo se convierte en verdadero toreo a caballo, igual que un muletazo o un capotazo pero dado con el caballo no con el engaño. Lo vemos.
Primera imagen. Antes de que Curioso llegue al peto, Israel de Pedro (que acaba de echar el palo) tira de las riendas para hacer girar los cuartos delanteros del caballo. Detalle importante y como me enseñó Pepillo de Málaga. es esa mano derecha del caballo ya levantada indicio del movimiento que le impone el picador.
Segunda imagen. El caballo que estaba casi de frente en el cite (dando los pechos), ha girado y se encuentra de perfil en el momento del encontronazo obedeciendo el mando del picador, Israel de Pedro.
Tercera imagen. El toro ya ha llegado al peto y empieza a empujar con los riñones. El caballo ha girado totalmente con lo que se ha amortiguado el encuentro del toro con el peto, que ya no es un choque brutal contra una muralla rígida sino que, gracias a la pericia del varilarguero, se convierte en un lance tan torero como un capotazo o un muletazo del mejor estilo.
En esta secuencia, se puede observar perfectamente la enorme belleza del toreo a caballo
Madrid que vibro con la bravura en varas de Curioso de Escolar, con su arrancad de largo, pausada y elegante, vibró también con el magnífico toreo a caballo de Israel de Pedro. Un toreo a caballo del que hemos podido disfrutar gracias al buen hacer (también muy torero) de ese gran aficionado que se llama Andrew Moore.
Bella fotografía de una bella suerte
La suerte de varas en Málaga no se puede comentar.Me refiero al cartel de los figurones¿Esa tarde estuvo ausente.De ello no dices nada.
ResponderEliminarAnónimo 1:
ResponderEliminarEn Málaga el interés máximo estuvo, en mi opinión, en la casta y transmisión del toro de Daniel Ruiz y en la apuesta de Perera con la muleta en ese toro... y lo contamos.
En Madrid el interés máximo de la tarde estuvo, en mi opinión, en ese tercio de varas del toro Curioso y en la suerte realizada por Israel de Pedro... y también lo hemos contado.
Dicho de otro modo, y hablando en plata, hablo de lo que me apetece, cuando me apetece y como me apetece.
Es la ventaja que tiene ir por libre y no depender de nada ni de nadie, ni siquiera, por supuesto, de esas corrientes de opinión -"ismos"- tan al uso y tan frecuentes hoy día y que tanto coartan y condicionan la opinión de algunos aficionados.
José,
ResponderEliminarPara mí (y seguro que para muchos también), el paradigma de una corrida de toros es la llamada "corrida del siglo". Y creo que en esa corrida se vio ese 'ideal de lidia equilibrada' que demandas en este artículo. Es decir, que si es posible.
Luego, algunas ganaderías han exagerado en quitarle bravura al toro en pro de una excesiva nobleza, y eso ya no gusta a muchos aficionados, incluyéndome. Es por eso, entre otras cosas más, que me cuesta paladear las faenas de los toreros más ponderados de la actualidad. Cosas mías.
Sobre ese detalle de tirar la rienda del caballo en la suerte de varas -que por cierto no lo conocía-, me conforta más saber que soy aficionado a un arte lleno de elementos que instruyen a uno como persona a partir de la observación. Claro, siempre y cuando la Fiesta sea completa.
Saludos,
Gustavo Ortiz
Gustavo Ortiz:
ResponderEliminarEstuve en la plaza el día de la corrida del siglo (estaba estudiando en Madrid en esa época) y desde luego fue un espectáculo excepcional y completo. Una muy buena corrida de toros, unos toreros entregados y un público muy dispuesto y también entregado. Muy emocionante.
Pero también algo muy excepcional. Tanto que han tenido que pasar más de 30 años para que pudiera asistir a otra corrida igual de completa de principio a fin: El "sólo" de José Tomás en Nimes.
Espero que no pasen otros 30 años hasta que llegue la próxima.
Un cordial saludo
No había descubierto este reportaje hasta hoy, las fotos son impresionantes y el post más acertado no puede ser.. Saca a la luz muchas cosas q el gran público no conoce y es bonito formarles. Completamente deacuerdo en la búsqueda del equilibrio caballo-toro...!!! Ese es el camino ...!
ResponderEliminarISRAEL DE PEDRO PASTOR:
ResponderEliminarMuchas gracias por su comentario. Me alegro mucho que le haya parecido interesante y acertado.
Un cordial saludo.