domingo, 1 de marzo de 2015

La mano que mece la cuna…

Por Paco Carmona y José Morente

Foto (Paco Carmona)

Natural del Juli ayer en Albacete. La mano que acaricia la muleta

Ayer en el Festival Benéfico de Albacete, el Juli deslumbró con la rotundidad y la solvencia a las que tiene acostumbrados a los aficionados. Sobre todo, toreando de capa estuvo inmenso, con mucho gusto y variedad, convirtiendo en cante grande, los lances de adorno.

Quizás por eso, por ese altísimo nivel con el capote, el toreo de muleta, con ser sumamente templado y cadencioso como han destacado todas las reseñas, no nos acabó de convencer y así lo dijimos en facebook. Gran faena, muy buen toreo con la franela, pero

Sin embargo, hoy hemos descubierto la foto que encabeza este post. La foto de uno de los naturales del Juli en Albacete.

Una foto muy interesante pues nos presenta a un Juli con una estética poco habitual a la que esperamos de él. Con el cuerpo nada encorvado (ese es el reproche que le hacen algunos aficionados) sino, al contrario, engallado en actitud chulesca y se diría que hasta flamenca. Actitud de torero caro.

Pero no era ese, el de su pose y gesto en el pase natural, el detalle importante de la foto ni lo que nos había llamado la atención. Si nos paramos a observar con detenimiento la instantánea, hay un gesto que destaca y sorprende: la mano que torea.

Una mano abierta por la palma y que no coge sino que sostiene con toda delicadeza el palillo de la muleta, cogido sólo por tres dedos, con un máximo de soltura y, por tanto, sin crispación alguna.

Un detalle que parece no tener importancia pero que tiene toda la importancia que encierra el buen toreo, el mejor toreo. Y que nos ha entusiasmado.

Viendo la foto, hemos recordado que Rafael el Gallo decía que, para torear bien, hay que acariciar. Eso decía.

Y también hemos recordado una anécdota que contaba, creemos, uno de los Bollaínes. Y es que, una tarde en Madrid a Antonio Bienvenida se le cayó, antes del cite y por dos veces, la muleta de la mano (con la consiguiente rechifla de los puristas)  pues en vez de cogerla con fuerza, la llevaba sostenida con la yema de los dedos, casi sin presión alguna. Para poder acariciar la embestida.

Así, sostenida con delicadeza, es como lleva asida Juli esa muleta, apoyada en la palma de la mano para acariciar suavemente la embestida del toro de Daniel Ruiz, igual que la acariciaba Rafael el Gallo en sus grandes faenas o como quiso también acariciarla Bienvenida una tarde en Madrid.

Decía un poema de William Ross Wallace, que la mano que mece la cuna es la mano que mueve el mundo….Podría decirse entonces, parafraseando, que la mano que mece la muleta es la mano que mueve el toreo.

Esa era la mano del Gallo o la de Bienvenida. Pero es, también, la mano del Juli en Albacete, sin ir más lejos.

Foto (Paco Carmona) - copia

La mano que mece la cuna lleva meciendo el toreo tres lustros, con sus cimas y sus simas, pero aún hay quien no se quiere enterar y se pierde "cosas" como esta. En la foto se puede apreciar como le mete sólo tres dedos por debajo del palillo y lo lleva toreado con la palma de la mano, una forma de girarle la muleta sin utilizar la tensión de los dedos, sólo pecho, codo y cintura y la palma abierta, similar a como se hace con el capote. Como si Juli, tratara de acompasarse a la embestida sin que se note su muleta, algo inconcebible para quien entiende el toreo casi científicamente.

3 comentarios:

  1. Ojalá vieramos hacerle esto a un TORO y no al ganado que suele lidiar

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  2. Como respuesta a Anónimo, ¿será que El Juli se está preparando para hacerle esto a un TORO próximamente? Ojalá... // Atte., Torotino.

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  3. Anónimo:

    Creo que vamos a tener que estar muy pendientes de los Festivales en los que participe el Juli pues se están convirtiendo (recordemos la clase práctica que dio en Málaga el año pasado) en el segundo laboratorio de pruebas (el primero son los tentaderos) de lo que este torero hace en la plaza ante los toros.

    Los mismo toros que torean los otros toreros punteros (José Tomás y Morante). Los toros de las ganaderías que tienen un alto porcentaje de toros bravos y nobles que son los que a la postre, permiten el buen toreo, el mejor toreo.

    Ningún reproche, pues, por mi parte al ganado que suele lidiar.

    Cuestión distinta es que, personalmente, me gustaría ver a esos diestros con ganaderías menos comerciales pues aunque es más improbable el lucimiento, acallarían alguno de los reproches que se les hacen.

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