sábado, 2 de agosto de 2014

El cite (3ª parte) Del frente al perfil

Por Jose Morente

El litrazo

Uno de los cites más impactantes de la Historia del toreo. El Litrazo  Un cite donde se daba mucha distancia a los toros y donde además, el torero se presentaba con la muleta escondida detrás de su cuerpo. Emoción en estado puro.

 

Cuando Miguel Baez Litri salía de novillero, con la muleta detrás del cuerpo y citando a las reses desde un extremo a otro de la plaza, para dar su litrazo, en los tendidos se armaba una verdadera tremolina.

Una tremolina que era, en cierto modo, la herencia de aquel cite de Manolete, citando de perfil pero muy de cerca, que tanto emocionó a quienes tuvieron la suerte de verlo en directo.

Y es que el cite del primer muletazo (e incluso el de inicio de una tanda cualquiera) es como la tarjeta de presentación del torero. Toda una declaración de intenciones.

Quizás por eso, por ese carácter emblemático y simbólico que tiene el cite, los aficionados tendemos a concederle una importancia desmedida que trasciende a sus meros aspectos técnicos e instrumentales aunque sean estos últimos los que más nos interesan a nosotros y de los que hablaremos en esta entrada.

 

1896-05-31  (p. 06-08 Pan y Toros) Reverte citando

Reverte armó también un lío tremendo, en las plazas de España y Francia, con sus alardes toreros entre los que destacaba ese cite a cuerpo gentil y muleta plegada que, muchos años después, dio en llamarse “el cartucho de pescao” (Fotografía de Sol y Sombra. 1896)

 

Un largo trecho histórico

Entrando de lleno en las cuestiones técnicas o de fondo, y dejando al margen las cuestiones formales o simbólicas, en  la primera entrega de esta serie veíamos como la colocación del torero frente al toro, había ido cambiando, de forma paulatina, a lo largo del tiempo.

Desde el iniciático cite de frente que permite adelantar al máximo la muleta para controlar el primer tiempo del muletazo (algo clave cuando el muletazo sólo tiene un tiempo) al cite de perfil, con la muleta retrasada, que permite alargar el trazo de este y asegurar un buen remate (algo clave cuando el muletazo gana extensión y profundidad y se pretende ligarlo con el siguiente), el toreo tuvo que recorrer un largo trecho.

Un trecho que documentábamos fotográficamente en nuestra segunda entrega, pues una imagen no sólo vale más que mil palabras sino que, además, como el algodón, nunca engaña (lo que no siempre se puede decir de aquellas).

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Secuencia histórica. Lagartijo-Antonio Fuentes-Belmonte y Manolete. Del cite de frente al cite de perfil, el toreo ha recorrido un largo trecho

El problema del torero

Mientras los aficionados nos perdemos en nuestros eternas discusiones bizantinas y montamos teorías más sofisticadas que la de la relatividad, en menos que canta un gallo, sobre cualquiera de estas cuestiones, los toreros tienen una aproximación, a estos temas, mucho más sencilla y pragmática.

Al diestro lo que le urge no es resolver, en cada muletazo, abstrusas cuestiones filosóficas, sino solventar -con eficiencia y garantías- el problema de cada embestida. Por eso, para el torero el cite, así como todas los demás cuestiones técnicas vinculadas al muletazo son, esencialmente, un problema práctico.

 

Rafael Gómez Ortega (EL GALLO). Nació en la madrileña calle de la Greda (hoy de los madrazo) el 17 de julio de 1882, pero se le ha considerado siempre sevillano porque de Sevilla fué toda su estirpe y a la vera de la Giralda se crió y residió toda su vida.<br />  Tomó la alternativa en la ciudad de Sevilla de las manos de Bombita (Emilio), el 28 de septiembre de 1902, con toros de Otaolaurruchi.<br />  este doctorado se lo confirmó Lagartijo-chico en Madrid el 20 de marzo de 1904, por cesión del toro Barbero, negro y de buen tipo, de la ganadería de Veragua.<br />  Su apogeo fué desde 1910 a 1914, en cuyos años se le considero imprescindible en todo cartel de altura; siguio toreando hasta el año 1935, en varios ciclos.

Acostumbrados como estamos a ver a los toreros de hoy citar con el máximo aplomo y firmeza, esta imagen de un Rafael el Gallo dubitativo e inseguro, con la muleta por delante y bajo la atenta mirada de su hermano José, nos sitúa en el meollo del problema del cite: Un problema complejo cuya resolución, que debe hacerse sobre la marcha, se convierte -muchas veces- en un verdadero milagro.

Dos precisiones previas

Una precisión importante es que, esta discusión sobre la colocación del torero (de frente, de tres cuartos o de perfil), se refiere exclusiva y únicamente al primer muletazo de la tanda cuando se torea en redondo.

Cuando se da ese primer muletazo (o cuando los muletazos se dan de uno en uno, lo que viene a ser lo mismo), es cuando el torero debe optar por cruzarse más o menos o por colocarse más o menos de frente o perfil.

A partir del segundo muletazo, la colocación óptima (si el toro repite) será ya siempre la de perfil, con ambas piernas en línea o con la segunda ligeramente retrasada respecto a la trayectoria del toro.

Sobre la colocación, para simplificar el análisis, y dentro de la posible gama que va desde el cite de frente al cite de  perfil, vamos a referirnos exclusivamente a estas dos posiciones extremas, dejando al margen las soluciones intermedias (como el cite de tres cuartos) cuya valoración y encaje  dejamos en manos y al buen criterio de nuestros lectores.

 

El cite de frente

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Cite de frente. Luís Bolívar cita de frente, a un veleto de Guachicono, en Calí (Foto del blog Toros, Literatura y más).

El cite de frente permite lanzar más adelante la muleta para tapar el cuerpo y, por tanto, controlar con más seguridad el primer tramo del muletazo, el del momento del encuentro con el toro. Si bien, por lo forzado de la postura, se pierde algo de control en el remate.

Esta será, por tanto, la colocación más adecuada cuando se cite al toro de largo, lo que se producirá generalmente en los primeros compases de la faena.

Y será la más adecuada, no solo porque en esos momentos, el diestro no tiene todavía seguridad absoluta sobre como se comportará el toro en la muleta (como será su embestida) y para ello es bueno taparse sino, sobre todo, porque al conservar el toro sus fuerzas casi intactas, el problema de que rebase o no el cuerpo del torero (el problema del remate) se convierte en un problema menor ya que la inercia derivada de la propia velocidad que, en esos primeros compases, trae el toro en su arrancada (especialmente si se le cita muy de largo) le permite rebosarse y salir de la muleta sin problemas para el diestro.

En el inicio de faena o con un toro pronto, el torero lo que necesita es controlar el primer tramo del muletazo, no el tramo final, y la colocación de frente es la que le permite hacerlo de la forma más eficiente.

 

El cite de perfil

Belmonte acortó las distancias lo que le obligó a forzar algo su posición en el cite. Si bien, generalmente citaba de tres cuartos, llegado el caso podía posicionarse totalmente de perfil como vemos en esta curiosa y antigua postal.

Por el contrario, cuando la faena avanza, la arrancada del toro se torna más corta y lenta y desaparecen las inercias, por lo que empieza a resultar más complicado conseguir que el toro rebase el cuerpo del torero.

En esa situación, el problema no está ya en controlar el primer tramo del muletazo (pues la poca distancia a la que se cita y la menor velocidad del toro ayudan al torero en ese trance) sino en conseguir controlar y alargar el tramo final del muletazo, el remate. Y ello, no sólo por seguridad y para que el toro no se quede debajo del cuerpo del diestro sino, sobre todo, para poder ligar correctamente cada muletazo con el siguiente de la tanda cuando se torea en redondo.

En esas condiciones (tramo final de la faena con el toro más agotado o parado), la posición de perfil con la muleta retrasada a la altura del cuerpo del torero será, por tanto, la más correcta y adecuada pues permite controlar mejor el remate del muletazo.

 

De frente al perfil durante la misma faena

La posición de la huella de los pies del torero en el cite, ha ido cambiando paulatinamente a lo largo de la historia, pasando del cite de frente al cite de perfil, paulatinamente, como veíamos en las entradas anteriores..

La ancestral identificación entre toreo puro y cite de frente (y la del toreo de ventaja con el cite de perfil) no es correcta y responde, por tanto, a una concepción superficial, arcaizante y ahistoricista.

Hoy día, esas diferentes formas de citar, se pueden observar en cualquier faena pues no resulta extraño que el torero pase del cite de frente al cite de perfil en la misma faena, atendiendo así a las cambiantes condiciones de los toros.

El cite de frente es idóneo en los toros prontos y que vienen de largo (lo que es habitual en los primeros compases de cada faena), pues permite controlar el inicio del muletazo. El menor control del remate se compensa por la inercia que trae el toro en su arrancada.

El cite de perfil es idóneo en los toros tardos a los que hay que citar en corto y pisarles su terreno para que se arranquen (lo que es habitual en los tramos finales de cada faena), pues permite un mejor control del remate y facilita ligar cada muletazo con el siguiente de la tanda cuando se torea en redondo.

 

 

En el toreo, todo es relativo

Entre el cite de frente y el cite de perfil, desde el inicio al final de la faena y de un toro a otro, caben todas las posiciones intermedias  (como el cite de tres cuartos) que puedan imaginarse. Posiciones que deben adoptarse en función de las concretas condiciones del toro en cada momento de su lidia.

Sin embargo, en el toreo todo es relativo y, sobre las condiciones del toro prevalecen, la mayoría de las veces, las modas de cada época y, muy especialmente, los gustos personales y los conceptos de cada torero concreto.

Que es lo que tendremos ocasión de comprobar en la siguiente entrada de esta serie.

 

(Continuará…)

2 comentarios:

  1. Excelente articulo, Jose.
    Jim Verner

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  2. Después de este magnífico artículo, poco que comentar, más que darte la enhorabuena. Alberto Marcos

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