Por Jose Morente
Una fotografía que ya está haciendo historia. Un natural de mano muy baja del Juli en Aranjuez el pasado 30 de mayo, festividad de San Fernando, a un toro de Domingo Hernández (Autor de esta espectacular fotografía: José Mendoza "El Bomba")
A propósito de una foto del Juli en Aranjuez
Es esta una foto de colores sepias que se supondría antigua si no fuera por la pose del torero que está literalmente roto y quebrado por su cintura y por el modo de embestir del toro que humilla como no humillaban los toros antiguos.
El toro, que no es antiguo pero que se adivina agresivo y tiene buidas astas, busca con la mirada un trapo (muleta) que suponemos rojo escarlata y que, insólitamente, esta tendido y horizontal pues la mano del torero está muy baja, tanto que casi toca el suelo. Insólita escena pues nunca una muleta ha estado tan horizontal ni tan tendida y nunca una mano de un torero ha ido tan baja al torear.
Vemos la mirada del toro pero no vemos la mirada del torero que se adivina atenta y fija en el toro, en lo que hace el toro. El torero mira a los ojos del toro y este su vez mira a esa muleta que se arrastra, tendida y horizontal, por el albero sepia en ritmo que se intuye lento, muy lento.
La mano derecha que sostiene el estoque transmite seguridad pero es, sobre todo, la mano izquierda con el brazo totalmente recto la que indica y delata el mando absoluto del torero que gobierna la encastada embestida del toro.
Hay mando y lentitud y hay, también, casta. Por consiguiente, hay temple. Eso es torear. O dicho de otro modo, llevar toreado al toro.
Decíamos hace días que las cualidades del torero son valor, técnica y arte. Pero no en ese orden y no, necesariamente, en ningún orden. Viendo esta foto del Juli en Aranjuez resulta meridianamente claro cuál es su concepto del toreo. Concepto donde el arte no tiene nada de preciosista ni de cursi ni de banal sino que es el resultado de una esencial apuesta por el dominio y la técnica. Y donde el valor es el necesario (y se necesita mucho) para poder pensar en la cara del toro como si se estuviera toreando una maceta en el salón de casa.
No hay arrojo, sino determinación. No hay acompañamiento sino imposición. No hay estética superficial sino hondura y mando. No hay brusquedad sino suavidad y temple.
Es una fotografía de colores sepias pero que encierra todo el colorido verdadero del toreo de verdad.
Hubo una época en que al toro se le hacía embestir con la cabeza a su altura natural y el torero se mantenía vertical. Aquí el toro humilla y el torero se inclina con él en una verdadera “vuelta de rosca” al toreo.
El Juli en Aranjuez (Fotografía de Emilio Mendez)
Pequeñas puntualizaciones a una tarde de mucho interés
No estuve en Aranjuez. Me he tenido que contentar con ver las faenas del Juli por Internet. Y es una lástima porque, como dice mi amigo Luis Miguel López-Rojas, en contraste con el ambiente que impone parte del público de las Ventas, en el Real Sitio se puede vivir una tarde de toros con tranquilidad e intentar paladear lo que acontezca en el ruedo.
Añade Luis Miguel que, “si bien es cierto que [al Juli] le correspondió el mejor toro del encierro (el segundo), no lo es menos, que con esa forma de ponerse y esos recursos técnicos, es mucho más fácil que a él los toros se le acaben entregando. Muleta no baja, bajísima.
El único pero a su labor es que renuncia totalmente a la estética o mejor dicho, sacrifica ésta, en pos de la profundidad y largura de los muletazos. Los intenta enganchar tan delante y llevar tan atrás, con la muleta tan baja, que su cuerpo se retuerce en demasía. Aunque no sé si esto es defecto, virtud o que realmente no se adecua a mi gusto personal en la estética del toreo”.
Profundidad y largura (Foto de Emilio Méndez)
Por puntualizar, Juan Antonio Polo que también estuvo, añade que “la extraordinaria faena de El Juli tuvo el mérito añadido de que el toro –el mejor del encierro- estaba encastadísimo. Y con el capote toreó con un son y una cadencia que nunca antes le vi”.
Son y cadencia (fotografía de Emilio Méndez)
Imponente es el calificativo que, cada uno por su lado, aplican ambos a este torero. Interesante coincidencia.
El Juli se Impuso con rotundidad en Aranjuez (Fotografía de Emilio Méndez)
Epílogo. Lo mejor es verlo…
Qué soberana lamedera del culo al novillero este. ¿por qué no ponen fotos de cuerpo completo del "toro"? ¿Por qué no explican que tiene la lengua por fuera y va sin alma? ¿Determinan la cadencia y el son de un capotazo, CON UNA FOTO? En realidad me apena y abruma la lamedera de culo a el novillero, ¿será que les pagan, o esta dejación de su honor es gratis y solo por halagar?
ResponderEliminarTambién hay sangre de bravo -pena no lo veamos en el articulo de Morente, con el caballo (en varas)en el eleváge, qué diría mi amigo el francés, de Garcigrande; o en la granga-factoría de Domingo Hernandez, qué digo yo.
ResponderEliminar¡Y, dale con los toros antiguos! El tema no es de Toros antiguos o modernos, sino de Bravos; qué, lo que hoy tenemos, se pretende y se cría, salvo honrosas excepciones y saltos atrás de la genética, no es bravura sino una variante en la que el toro juega, huye hacia adelante; y "además es tonto", palabra sentencia de Don Victorino Martín Andrés. .
Puestos a elegir, comparto le guste más su forma -la suya señor Morente- de arrastrar la muleta con la que no se distorsiona la figura, permite entrar de lleno en la estética del Toreo, seáse: El destaquillador cogido un poquito más atrás -error en los del 7 con creer es preceptivo por el centro- colocación oblicua del mismo, lo que te permite desde el vértice hombro construir con cierta verticalidad, un muletazo más ajustado; todo lo arrastrada que quieras la minidimensionada muleta (la muleta se empequeñece, matemática proyectiva) y custión hasta dónde te autoexíjas dejar al toro, de pinchar el destaquillador más trasero para aumentar el vuelo exterior con intención de, al finalizar el muletazo, llevar al toro hasta allí -versión Paco Camino- o hasta aquí detrás, versión Félix Rodriguez.
Y le he vuelto a mencionar a Félix Rodríguez, porqué ya (le supongo todavía Toros...antiguos) y a propósito de la foto del medio natural para ligar al de pecho de El Juli, que el por mí tan querido matador, instaurador del temple y por consiguiente de la ligazón -órdenes de Gallito- remataba el natural y trás aplicar un pase de pitón a pitón para no coger al toro despistado -él, siempre ofreciéndose- seguir ligando de pecho, a ser posible muleta liada, para al salir del mismo y con el Toro roto, matar por dónde y cómo mandan los cánones.
Me ha gustado muchísimo la entrada. Creo que volveré a intervenir. Gracias, una vez más.
Saludos de Gil de O.
p/d Decir al Anónimo que para criticar el Toreo del Juli no es necesario ver desviada intencionalidad. Fíjese, hoy lo critíco y sin embargo lo quiero para mi causa.
¿Al servicio del taurineo?
ResponderEliminarA seguir con el flamenco,por favor.
Después de ver el vídeo me viene a la cabeza pensar simplemente "exquisito".
ResponderEliminarEsther.
Anónimo 1:
ResponderEliminarNo debe confundir usted la pasión (sana) con la obsesión (enfermiza).
Me permito darle un consejo: No se obceque ni irrite con todos aquellos que no piensan como usted. No ganará más que disgustos
Saludos.
Gil de O.:
ResponderEliminarSobre la suerte de varas me remito a una antigua entrada de este blog http://larazonincorporea.blogspot.com.es/2011/04/la-bravura-del-toro-y-iii-urge.html
Creo que mientras se pique con el caballo actual y el peto actual y la vara actual, la suerte de ídem`s, sólo mide la fuerza y la fiereza si se quiere pero NO la bravura.
LO del toro antiguo es evidentemente una licencia literaria si se admite la expresión y la licencia. Pero tiene más sentido del que pudiera aparentar y es que, la bravura no es un concepto estático (aunque así lo piensen muchos aficionados) sino dinámico que cambia de una época a otra y estoy por decir, que de una década a la otra. Sobre esto (las modas en los conceptos relativos al toro) son muy ilustrativos e interesantes los libros de Luis Fernández Salcedo al que invito a leer o releer.
Muy interesante su reflexión sobre la forma de coger el estaquillador (por donde y hacia donde) que rompe con algunos tópicos al uso. Eso sí, una forma nada Ordoñista pues don Antonio prefería el palillo con la punta hacia arriba bajando la parte de la alcayata, para lo que hay que tener mucha fuerza en el antebrazo.
Creo que técnicamente, tal y como se torea hoy (más en la línea de Ordoñez, estaquillador hay arriba) sería complicado pues se pierde control de los vuelos ¿O quizás se gana?
En ese sentido la foto del último natural del Juli me parece muy instructiva. Por cierto, volviendo a ver ahora las fotos de la entrada es muy curiosa la secuencia que resulta pues si en el cite el Juli está muy encorvado y con la muleta a rastras, en la siguiente se encuentra ya algo más levantado para acabar vertical en esa última foto. Y es que la primera, la foto de la polémica y el debate corresponde a un cite no al tramo medio o final del muletazo.
Finalmente, vuelve a aparecer Félix Rodriguez del que, a instancias suyas y de Domingo Delgado, estoy intentando recopilar información. Gran torero maldito (como decía Domingo) cuya papel en la historia quizás no haya sido el correcto.
Le agradezco su opinión positiva sobre esta entrada.
Un abrazo
Anónimo 2:
ResponderEliminar¡Viva París!
Esther:
ResponderEliminar¡Por fin! ¡Alguien habla mi idioma!
Antes que nada aclarar que no quiero que se desprenda de mis comentarios a mi buen amigo José Morente, al cual agradezco que cite mi nombre en el blog, que no está en mi intención, ni en mi voluntad, hacer una crítica al toreo del Juli en Aranjuez. Más bien lo contrario. Lo que quería expresar fundamentalmente es que esa forma de poner la mano tan “baja-bajísima”, me impacto tanto, que me rompió esquemas mentales. Sobre todo en mis gustos personales en la estética del toreo (que van por otras vías). Tanto, que cuando compartía mis impresiones con J. Morente, dudaba si esta estética era defecto o virtud. Ahora pienso que para torear de esa forma, no es posible otra composición de la figura. Por eso me parece tan acertado el título de esta nueva entrada y sobre todo la foto que la ilustra.
ResponderEliminarMi felicitación José.
Un abrazo.
PD. Anónimo: Personalmente prefiero ver al “novillero” con este “novillo” que aburrirme como una ostra con elefantes con cuernos.
Para continuar, no me distorsione el término Bravura. Las épocas no lo han cambiado puesto que nunca se ha conseguido la BRAVURA. Debe continuar siendo el IDEAL por antonomasia de la Tauromaquia. Qué, buitres y comerciales pretendan vendernos como bravura, cosa más próxima a la mansedumbre y en determinados enclaves se haya admitido –conveniencia o ignorancia- es cosa distinta de su realidad.
ResponderEliminarEso lo hacía Ordoñez para encubrir el desarrollo de su muletazo, tanto con la derecha como con la izquierda, que era de toque violento metiendo pico como si se tratara de una perforadora. Verá qué, habitualmente no le suelo nombrar a Ordóñez, pese a haberle disfrutado muchas cosas buenas. Es otro de los que no quisieron ocupar la responsabilidad a que le obligaba la Historia del Toreo en la etapa que le tocó vivir. Tengo claro qué, levantado el pincho se gana control con los vuelos, mientras que en el sentido en que usted lo práctica, a mí me gusta porque así me fue transmitido, y así lo he entendido de toda mi vida, con el arrastradito –siempre acariciante del vuelo exterior, no fregonazo que le decían a Félix los revisteros; y el interior con más tela –verbigracia muletas de Talavante- muy dominado, para aprovechar el tercio final del muletazo con el que debes completarlo y fijar al toro; y con ello no tener la necesidad de dejarla puesta para conseguir lo también erróneamente calificado, como ligar, cuando solamente sería continuar “chin-chin-pum, queréis más” y periférico.
La primera foto, sea tramo inicial, ya nos dice cómo va a discurrir el muletazo. Será largo, menos arrastradito y desplazando en rectitud, lo que el Juli habrá ejecutado con armonía, y hasta puede que con temple, si había algo que templar –puede tener razón el anónimo 1- ya que ese Gracigrande no creo que quiera devorar, sino jugar al pañolito.
A mi compadre y maestro Félix Rodríguez Ruiz hay que desempolvarlo. Compartí con Domingo Delgado de la Cámara un rato de charla tras el Coloquio en las Ventas de los Amigos de la Dinastia Bienvenida en homenaje a Andrés Vázquez; y aún con el poco tiempo –no quise quedarme al vino español- le hablé de algo muy interesante –contrario a su criterio- sobre la Sanidad en la Cabaña Brava. Le dejé pensativo; más de haber conocido que estaba interesado en el tema Félix Rodríguez, hubiera cambiado la dirección de mis dardos.
Algo se ve en el primer Tercio pese a los petos; y lo peor es que no quiero ni verlos, ni los bretones, ni estas puyas, ni las rayas, ni picadores de caña de pescar. Hasta un Toro arrancado desde la querencia, si no se han agarrado con él puede salir rebrincado. Quiero ver los tres tercios para comprobar la Bravura. Si me quitan uno, por muchos estrambotes que le coloquen a los otros dos tercios, no la compruebo.
Por favor señor Morente no coloque cosas nuevas en las contestaciones -tiempo habrá- pues le he prometido –lo merece- nuevos comentarios sobre esta buena entrada –yo vocero de toreros mentirosos, jajaja- y no me deja espacio. Hay mucho que comentarle.
Saludos de Gil de O.
Qué gozada de blog y de entrada, digna de un catedrático del toreo. Por no hablar de vídeo, foto y faena.
ResponderEliminarImponente este torero, e insolente la cerrazón de algunos.
Él mismo hoy, en el coloquio de Cajasol, ha aludido a esa falta de estética que se le afea. Ha dejado claro cuán poca importancia da a "ponerse bonito" en la búsqueda del concepto de toreo que le ilusiona.
Enhorabuena de nuevo.
Un saludo
Desde que vi la foto en otro blog (donde solamente se resaltan los aspectos negativos de la foto) sabía que iba a dar juego y en primer lugar, felicitar a José Morente, porque la verdad es que ha estado en "Juli", sacando muchísimo partido de una foto que para mi, tiene virtudes y defectos (y me refiero a la foto, exclusivamente). Efectivamente como ha apuntado el último comentario, se trata de conceptos, de ahí la variedad de gustos y la grandeza del toreo...
ResponderEliminarUn saludo
Josè,
ResponderEliminaresta "nueva" entrada sobre el Juli es muy interesante pero hay que matizar algunas cosas.
Primero me alegro que en Aranjuez disfrutaron de una bonita tarde de toros y de un Juli en un gran momento.
Pero su tecnica (a parte la evidente falta de estetica que para mi sì es importante, aunque sea mi gusto personal) creo tiene meritos y defectos:
- la faena tuvo el gran merito del extraordinario temple y la ligazon que para mi son quizàs los elementos màs dificiles de conseguir en una faena; ademàs con el capote el Juli no solamente templa la embestida, sino la "atempera" o sea reduce la acometividad del toro al ritmo que impone el torero que es la cumbre del temple;
- pero a proposito del toro, no hay que olvidar antès què animal se hizo la faena: es verdad que el Juli hoy en dia es capaz de hacerlo antes qualquier tipo de toro (y en Sevilla lo demonstrò) pero tampoco hay que ensalzarla como una faena historica porque (entre otras cosas) el toro no fué para eso (de presencia digo)
- el "merito" de bajarle la mano creo sea muy relativo (y habrìa que dibatirlo aparte) pero para mi tiene màs "merito" que estè en el suelo un tercio de muleta del Cid (que mide 1,85m) que mitad muleta del Juli (que creo mide 1,60m): esto sin ofender, pero no hay que olvidar a que altura està la mano (ya que la muleta es màs o memos igual para todos);
- en este video y en las fotos, se aprecia como casi todas las tandas son rematadas muy para fuera (demasiado) y muchas veces en linea cosa que para mi resta merito a la faena (almenos para ensalzarla a los maximos niveles): El Juli no es el unico que tienes estos defectos (o caracteristicas tecnicas), pero es para mi al que menos se le critica por eso a pesar de tenerlos màs evidentes que nadie;
- en el video no se vee como matò: en otro, vì que el Juli lo hizo como siempre: con su saltito y saliendose para fuera despues de echar la muleta en la cara del toro (lo explicò perfectamente el Maestro Capea en la retransmisiòn de TVE desde Valladolid): si es verdad que ese esa es la "suerte suprema", no hay que olvidarlo a la hora de alabar su tecnica
En fin espero que lo que ha echo el Juli en Aranjuez lo volverà a hacer pronto en Pamplona, Valencia y Bilbao, aunque me hubiera gustado verselo hacer en Madrid donde lleva demasiado tiempo sin ir para ser la gran Figura que es y donde ademàs se le necesita.
Un saludo,
Paolo
Estimado Jose:
ResponderEliminarReconozco que en la primera lectura del artículo dudé si el autor iba en serio o si había recurrido a la ironía. Descartada esta última posibilidad, entré en un estado de melancolía taurina producida por mi incapacidad para comprender y disfrutar del toreo, no sé si llamarlo ortopédico, del Juli.
¿Es preciso contorsionarse de esa manera para torear? ¿Llegará un momento en que, con la excusa de la técnica y del dominio, los toreros torearán tumbados? Propongo "la suerte de la camilla", en la que el matador, tumbado en una camilla adornada con guirnaldas y jaeces, realice las suertes de manera más cómoda y sana, ya que el espinazo no sufrirá al evitar las contorsiones,
Perdóneme, don José, si no comparto ese argumento del Juli técnico y dominador como excusa para el contorsionismo. ¿Dominador? ¿De qué toros? ¿De toros que ni siquiera necesitan ser picados como tuve la ocasión de ver en Sevilla el año pasado? ¿Técnica? ¿Para pasarse un toro normalmente aborregado lo más lejos posible?
Para mí, la tauromaquia sólo se justifica por el valor, el heroísmo y la belleza. ¿Dónde queda la belleza en esas posturas forzadas que casi rozan el ridículo? En cuanto al valor y al heroísmo, ¿es esa la postura de un héroe que se enfrenta a un animal mítico?
En fin, como primer comentario, creo que ya es suficiente.
Un saludo.
Mosquete
¿Pero como puede decir que El Juli en la primera foto está completamente roto?, ¡qué vergüenza!, lo que está
ResponderEliminares completamente agachado, solo jodería que aún así, no tuviese la mano baja.
Es el tío más antiestético que existió en toda la historia del toreo, el que peor ejecuta las suertes... ¡Un bodrio!... y pensar que hay cretinos que lo quieren comparar con Joselito El Gallo, que fue el torero más elegante que tuvo está ya desvirtuada fiesta.
¡Retiren esa foto, coño!, es horrible. No es culpa del fotógrafo, si no del chuflón diestro del Velilla de San Antonio.
Jesús Granados
Luis Miguel López R.:
ResponderEliminarEstá claro que no hay problema ninguno en analizar, criticar o discutir la forma de citar y/o torear del Juli. Antes al contrario, me parece lo lógico ya que no creo que deba existir nada indiscutible.
Hablando de la foto. Reconozco que a mí me pasó lo mismo que a usted. La diferencia es que usted lo vivió en la plaza y yo lo ví en fotografía. Pero una fotografía tan llamativa, tan poco usual, que me pareció interesante comentarla.
Máxime después de que usted y nuestro común amigo Juan Antonio Polo me informarán con pelos y señales de lo que pasó en Aranjuez.
Y es que en el ruedo pasan muchas cosas y, a mí personalmente, no me apetece nada adoptar la vigilante actitud de los "guardianes del sagrado templo del toreo" pendiente del cumplimiento de unos cánones que se supone inmutables y que ya han cambiado una docena de veces a lo largo de la historia. Me atrae más la sencilla postura del que está atento a lo que de novedoso ocurra en el ruedo.
El tiempo dirá si estas propuestas perduran o no.
Un fuerte abrazo
Gil de O.:
ResponderEliminarPlantea usted varias cosas. Le doy mi opinión sobre estos temas:
1.La bravura. No soy yo el que dice que el término bravura es relativo sino u autor nada sospechoso como Luis Fernández Salcedo del que merece la pena leer un delicioso artículo sobre este tema. Desde luego, la mansedumbre no tiene nada que ver con la bravura, creo.
2.Sobre la posición del palillo parece que estamos de acuerdo en lo que nos gusta practicar y no tanto en lo que nos gusta ver en la plaza.
3.Sobre el Garcigrande (Domingo Hernández para ser más preciso) me dicen amigos aficionados que era un toro encastado. Me lo creo.
4.Lo de Félix Rodriguez es harina de otro costal y como usted dice creo que debemos desempolvarlo.
5.La recuperación del tercio de varas sustancial. Dígame donde hay que ir a manifestarse y me apunto con usted (¿A Francia, quizás?)
Un abrazo
PD: Como verá no he añadido nada nuevo en la contestación...
Anónimo 3:
ResponderEliminarMuchas gracias.
Efectivamente, si algo está claro es que, al Juli, la estética le trae al pairo.
Lo podemos discutir evidentemente, pero merece la pena seguir, hoy por hoy, la trayectoria de este torero.
Un cordial saludo
Alberto Marcos Morante:
ResponderEliminarLógico y normal. La foto tiene "bemoles" pues retrata de forma muy descarnada un "determinado" concepto del toreo bastante radical y alejado, sobre todo, de los cánones al uso.
Valiente el torero y muy despreocupado del que dirán pues la apuesta tiene muchos claros y oscuros, como usted señala, y está claro que se preste a una discusión de fuste (lo cual es la mar de divertido, pienso)
Un abrazo
Paolo:
ResponderEliminarCoincido con usted y es muy probable que la faena no pueda calificarse de histórica pero no por el toro pues la mitad de las faenas "históricas" de la historia del toreo se han hecho con toros de menos trapío y, desde luego, menos edad que este.
Puede también que la estocada no fuese excepcional y puede que no torease con la perfección que hoy se demanda.
Pero, es lo de monos pues no se trata (o al menos no trataba yo de valorar en la entrada una faena) sino de poner de relieve un concepto nuevo del toreo. Mejor o peor pero desde luego, para mí, del máximo interés.
Hoy por hoy, estoy deseando saber a donde nos lleva esto.
Un fuerte abrazo
Mosquete.
ResponderEliminarCuestión previa: Le aseguro que no es mi estilo utilizar la ironía cuando se trata de hablar de toreros. NO me importa hacerlo con empresarios, aficionados, público en general y demás personajes del planeta de los toros o aldea de Tauro pero con los toreros, no.
Por lo que respecta a la estética del Juli no voy a ser yo desde luego, el que defienda esa propuesta desde el punto de vista de la estética, pero creo que lo importante no está ahí en la estética o falta de estética sino en el concepto del toreo que tiene este diestro.
En ese sentido cuando me refiero a dominio no hablo del alarde de “poder” ante un toro fiero (eso entra para mí en la épica) sino sencillamente a llevar al toro toreado sea cual sea su condición.
Creo que está claro, lo he repetido ya una docena de veces en el blog que la épica y la estética son aquellos aspectos que más llegan y encandilan a públicos y aficionados. Su comentario lo demuestra. La técnica al desnudo máxime cuando se presenta sin coartada esteticista como es del caso parece que lo tiene más crudo y, desde luego, no goza del favor de los espectadores en general. Por eso la amplitud e interés de este debate.
Creo además, esto es suposición mía, que al Juli tampoco le importa hoy por hoy que su propuesta guste más o menos a los aficionados y a los espectadores. Sin perjuicio de buscar el éxito, todos los toreros lo buscan, creo que torea más para él que para los públicos. Esto es sólo mi impresión personal.
Un abrazo
PD: Me alegra mucho que “amenace” usted con otros comentarios…
Jesús Granados:
ResponderEliminarMuy curioso su comentario.
Acusa al Juli de antiestético (lo que puede ser aceptable o discutido) y, al mismo tiempo, utiliza en su escrito, una sarta de adjetivos que solo cabe calificar, como mínimo, de tremendamente anti-estéticos.
Un poco contradictorio ¿No cree?
Un saludo.
Continuamos de nuevo Sr. Morente. Las fotos son nuestras, las que le he enviado se las regalo (no las publicará nadie sin su permiso).
ResponderEliminarEl “colorao” de la boca abierta podría tener casta –podría nada más; hasta ahí puedo leer- aunque lo veo más queriéndose comer el pastel (muleta). Ese garcichico de factori-granja-eleváge, pudiese haber sido –la boca abierta me dice que no- como uno que le salió hace algunas temporadas en Granada a Manuel Punta, qué volvió locos a las tres cuadrillas Ponce, Juli y Fandi, la faena pudo tener su mérito.
Eso con petos, puyas asesinas, con encordelados prolongación de mentirijillas, varas con demasiada muerte y la excluyente cruceta que según los del castoreño impide “tirar el palo”; y si de camino te quedas con la duda de si tirarlo, extenderlo, montarlo para dejarlo caer o…esperarlo debajo, como le pasó a Punta, pues que salió volando antes de darse cuenta de que aquello era negro, o para quedarse en el azul del cielo de Granada; la vara volaba cual jabalina, el estribo relucía como el yermo de Mambrino, por la alturas y reluciente al sobrepasar la línea de sombra; y la brida derecha enrollada, en el pitón izquierdo del Toro –era un Toro- facilitando el descalabro. Luego Palomares se ocuparía de él a traición, cogiéndolo al relance, al hilo y antes de dejarse ver; entregándoselo “guiñapo” al enfermero Ponce, quién ajeno e indeciso había en el quite, el Juli expectativo, y que de no ser por el Fandi, qué se la jugó, para terminar tomando el olivo, el Toro todavía estaría allí “cebao”.
Doña Concha Escolar, Don Domingo o Don Justo al que vemos gritar en los callejones, tiene casta en sus vacas. Lo que pasa es que esas reses tienen otros destinos y salvo cuando Don Justo se confunde, equivoca o, nos lo engañan –me da la risa- con el trato inadecuado y/o corto de dosis, puede salir una alimaña brava, fiera y si se encuentra un torero dominador, también noble. No me interesa otra nobleza que no sea la procedente de dominar la Fiereza.
Deje tranquilo a Don Luis Fernández Salcedo –yo no lo leo- a quién se le deben remover los huesos en su tumba de ver cómo, ganaderías infames se pasean por las Ferias, cuando el llevó al ocaso a una de las grandes históricas, la de Don Vicente Martínez qué le fue dada en heredad, sin el más ligero signo de intentar defenderla. Son innumerables los personajes literarios que expresan sentimientos, aún siendo razonables, que su autor no comparte. El papel es muy sufrido; el campo es muy duro, no era para él. No tiene autoridad ninguna para en primera persona, hablar o escribir seriamente de Toros. Obras son amores. Un malquerido, ha tenido con él la Fiesta. Modas en la Bravura…¡Habrase visto!
Ya me alargo demasiado. Me permito hacerle un ruego. No me alinee preciosismo, cursilería o banalidad, con la expresividad Artística del Toreo. Tengo el convencimiento de que cuando aparecen cualquiera de esos conceptos, usted los detecta, rechaza y censura; es por ello que para justificar lo injustificable, pretenda hacernos creer que los confundimos los demás.
La distorsión de la figura del Juli, pese a engendrar el Toreo según el trazado del lance, es antiestética; no le demos más vueltas. Paolo lo ha dicho, usa muletas de 1´60 –yo de 1´70 y palillo de hasta 0´50, mucha movilidad en los ojetes- sugiero pues, las use con algún centímetro más, oblicue el palo algo más hacia abajo para que el vértice sea el hombro y no la faja, en lugar de mirando al cielo para coger ventaja y espantar. Bueno esto son detalles que percibimos al afinar, pero que podrían ser la solución para la entrada definitva del Juli en Madrid. Y, con algunas cosas más y muy fundamentales, tenerlo ganado para mi causa.
Saludos de Gil de O.
Ya ve, maestro. Le exijo al Juli más que el propio Madrid.
ResponderEliminar¡Iluso de mí!
De Nuevo mi saludo, Gil de O.
Si eso es torear, retorciendo la figura hasta lo imposible, citando hacia afuera, a un toro que no tiene pitones, con la lengua fuera, etc., etc., etc., yo me bajo del autobús.
ResponderEliminarSeñor Morente, ¡qué vergüenza!
No he leído los numerosos comentarios anteriores. Decir que para mí las fotografías que ilustran la entrada están muy alejadas de la concepción que tengo del toreo, del buen toreo.
ResponderEliminarEn mis gustos entran la verticalidad, la naturalidad, la reciedumbre, el empaque, la torería, la gracia, el riesgo sincero, la grandeza; y no encuentro nada de esto en la foto de Juli, un torero que más bien parece un operario de obra cavando una zanja, con un compás propio de gimnasta olímpico, colocado en paralelo al toro. Es prácticamente imposible ceñirse cuando hay semejante inclinación del cuerpo, ni quebrantar la embestida si se cita en paralelo.
Las demás fotos no son muy agraciadas, se ve como despide el toro hacia afuera y como carga el peso en la pierna cuando los pitones del morlaco están dos metros más alla de su cuerpo y el riesgo ha remitido.
Bajará la mano, tendrá mucha técnica y los llevará largo pero yo no encuentro ni ética, ni estética.
Un saludo señor Morente.
Pd. El vídeo no lo he visto. Es que torea muy feo!
Gil de O.:
ResponderEliminar1.Siempre se ha dicho que la boca cerrada era demostración de poder. Nunca que de casta, bravura, fiereza u otro cualidad del toro.
2. Es evidente que la factoría como la llama produce ejemplares encastadas. La generalización (no la hace usted) de que son aborregados simplemente por el hecho de su procedencia (“El truco de los hierros”) es una falacia.
3. Para mí, la nobleza (no confundir con la docilidad extrema como hoy interesadamente tantos quieren confundirla) es una magnífica cualidad, sino la mejor, del toro de lidia. La fiereza sólo es magnífica si aparece en dosis razonables El toro complicado sólo tiene interés (repito que para mí) si es corregible (y yo me entiendo). Si es incorregible, no me interesa nada aunque este tipo de toro tanto le divierta a algunos aficionados.
Curiosa contradicción que este tipo de toro les divierta tanto a algunos aficionados (sólo hay que ver las caras sonrientes que aparecen cuando el torero pasa las de Caín) mientras por otro lado se reniegan de la “diversión" en los toros (¡A los toros no va uno a divertirse!)
Pero repito que son criterios particulares y cada cual tiene los suyos (y no me refiero a los suyos usted ya me entiende)
4. Me temo que no voy a dejar tranquilo a Don Luis. Sus contradicciones son evidentes (demasiado) pero es innegable que lagunas opiniones y algunas de sus historias merecen la pena. Esas son las que me interesan.
5. El "arte" en el toreo como en toda expresión personal (danza, etc….) siempre está en un tris de caer en lo cursi, me temo. Y, por otra parte las buenas formas pueden ocultar muchos defectos de fondo.
Lo mismo que pasa con los toros de presencia espectacular que tienen un tanto ganado por lo que el aficionado siempre está tentado de disculpar su mal comportamiento (Ejemplo: Los “pabloromero”) ocurre con los toreros de buenas formas que tienen siempre un tanto ganado toreen bien o mal.
Lo dicho, el fondo y la forma son dos cosas distintas y no es lo mismo torear que dar pases (creo que me entiende). El Juli está claro que no da pases.
6. La apuesta del Juli está ya hecha y no creo que depende de los centímetros del palillo. Apuesta interesante porque tiene a la contra (y con mucha virulencia como se demuestra en los comentarios a esta entrada) a lo más ortodoxo de la afición.
Creo que Juli lo tiene muy claro y va a tirar para adelante pese a todos los pesares por ello, no creo que la gane usted para su causa, más bien pudiera ser al revés (aunque tampoco lo veo probable).
A mí me interesa mucho ver en que queda todo esto.
Un fuerte abrazo y espero que siga el debate.
Javier García Nieto:
ResponderEliminarPues sí, sí que eso es torear. No será como a usted le gusta que se toree. Está usted en su derecho que no le guste. Como otros están en su derecho que les guste o le interese. Todavía está por llegar el día que alguien (un persona o un grupo) se irroguen el derecho de decir lo que está bien o lo que está mal, en el toreo, a los demás.
Saludos
Vazqueño:
ResponderEliminarNo tengo nada que objetar a sus gustos personales pero no puedo dejar de pasar por alto su valoración sobre la ausencia de ética y de estética en el Juli.
Sobre la ético disiento totalmente de usted. Al contrario, me parece radicalmente ético el concepto del toreo de este torero. Sobre todo porque no busca el halago del público sino expresar como el siente el toreo. Eso no tiene otro nombre (nos guste o no) que el de autenticidad.
Sobre la estética sigo a continuación...
Vazqueño:
ResponderEliminar...Sigo. Sobre la estética creo que lo mejor es copiar este largo párrafo:
"Sabido es que las líneas generales del cuerpo, la estatura, la presencia, los movimientos, la voz, etc., etc., del artista que trabaja ante el público, influyen en el ánimo del espectador despertando sentimientos varios que a veces originan una simpatía alentadora que halaga al artista y le economiza las asperezas del camino que emprende, y que otras veces, determina una inevitable antipatía que lo conduce al fracaso.
Es decir, que un artista público que no posee el don de parecer agradable, tiene que valer mucho como tal artista, tiene que ser un verdadero genio para imponerse, para hacer que sus méritos se comprendan y se justifiquen; y que, en cambio, un pobre diablo, un artista mediano, pero capaz de despertar hacia él inclinaciones del público, lleva más de la mitad del camino andado y vence, aunque no convenza.
¡Cuántas veces la sola aparición de una persona en la cátedra o en el foro, en el tablado o en el ruedo nos sugestiona hasta tal punto que asegura el éxito de su trabajo, y llega a convencernos o a impresionarnos a su favor sin haber tenido tiempo de hablar, de recitar, de cantar, de bailar o de torear!
Siendo esto así, Belmonte, ese chiquillo que en cuatro días atrajo la atención del público de los toros, ¿podía escapara a este análisis estético? ¿No tenía para unos las piernas como compás de tornero y para otros el pecho como el dómine inmortalizado por Quevedo? ¿No se habló y se llegó a ridiculizar su ángulo facial, sus mandíbulas, su endeble constitución física, la longitud símica de los brazos, la desigualdad de sus hombros, la forma de su cráneo?
Si tantos eran y son los defectos fisiológicos de Belmonte, ¿qué duda cabe que su presencia tenía que ser antipática o repulsiva?
Todo eso es cierto, innegable. La figura de Belmonte poco tiene que agradar á los que así la engendraron; su renombre no está, efectivamente, en armonía con su pobre organización física, y aquél que, después de haber leído o de haber oído sus hazañas, le contempla por primera vez, se cree burlado o defraudado..."
Se titula "Belmonte esa piltrafa humana" y se publicó en Palmas y Pitos.
Belmonte tenía unas hechuras indefendibles (Le llamaron galápago)comparado con los toreros más apolíneos (Joselito el primero) de su época y, sin embargo, su estilo de torear creó escuela.
Creo que la anécdota es bastante aleccionadora.
Un fuerte abrazo y gracias por su comentario.
En el comentario anterior quise decir cuando dije faja, culo. Tanto sacar el culo, en lugar de encajarse de cintura en la suerte. Es "horripilante" qué diría la Carmencita, la mujer de Paco Cruz, esa que según Paco -su esposo y amigo mío- le cantaba, allí -por lo solano- en el cuarto que le alquilamos al padre para que ensayara de clarinete, mejor que la propia Gloria Romero, Doña Concha y hasta la Niña de los Peines (eso era "pa" ellos solos, luego se casaron).
ResponderEliminarPues no crea Maestro Morente, que algo tengo avanzado. Fijénse en esas fotos, sobre todo en las cuatro de las dos medias y en un derechazo; sin tanta descomposición de formas, con todo puesto, arrastradíta sin excesos. Ah! El anovillado de Núnez del Cuvillo sin abrir la boca.
No, rotundamente no; el abrir o cerrar la boca no depende del poder, siempre que el Toro esté criado como hay que criar un Toro Bravo. Cualquiera de los demás factores que ha retahilado tiene más fundamento en esa circustancia. Vervigracia: un buey de carreta procedente de bravo, no abrirá la boca en su vida; otro de pajuno, serrano de Ronda -no son flojos- o tudanco la abrirá en cuanto lo pases de esfuerzo.
También dispongo de algún guiñito de complicidad del maestro Roberto Dominguez, él sabe que está en esa obra en embrión, a la qué le puse titulo antes de iniciarla LOS EXQUISITOS DEL TOREO; por lo que sabe los distingos que hago entre su Toreo -no el de su tiempo, él era excepción- y el actual, mayormente representado por Ponce; y qué el Juli, trata de personalizar con ligeras variantes en el riesgo, pero nada más, y eso no es suficiente para equipararse a Gallito. No, no se preocupe ya se editará, no hay prisa; lo poquíllo que tengo publicado, es como si dejara de ser mio.
Lo de la Nobleza procedente de la Fiereza dominada es la que tiene valor en el Toreo. Veo que me confunde el Toro complicado con el Fiero. El Toro Bravo siempre será complicado -no abrirá la boca- de otra forma me daría lástima y ello es situación que los amantes de la Fiesta debemos tener superada.
Confidencia de Don Salvador Garcia Cebada qué en Gloria esté, más o menos me dijo "Mi "Golfillo" del 2008 en Pamplona ya salió con la boca abierta y la lengua arrastrándole de pura rabia; de querer comérselos a "tós" de pura bravura. Mira a ver si por la mañana, durante el encierro la abrió; no se sintió incomodado, y no necesito expresar bravura, no la abrió; y que conste que por la tarde, quería matar a Sánchez Vara; su mirada es la más terrorifica qué he podido ver en un Toro Bravo". Venía de lo de Juan Belmonte, pero esto no puedo decirlo; si no, dejaría de vender.
De Fernández Salcedo, y eso que compartí páginas con él en la vieja Fiesta Española, no le puedo decir que no obtuve otra consecuencia de lo que el escribía; lo que deseaba qué, como quimera fuese el campo; y no, lo realidad era demasiado para él. Aficionado de salón.
Ya no le cuento más cosas por hoy.
Saludos de Gil de O.
Gil de O.:
ResponderEliminarComo es lógico y normal hay palabras a las que cada uno da un significado distinto. Creo que ante el comportamiento de un toro concreto habría menos diferencias de apreciación.
La anécdota del Cebada me encanta pues parece corroborar que la lengua fuera no es sinónimo de agotamiento y/o entrega sino que puede ser síntoma de bravura.
Un abrazo y buenas noches
Autenticidad y ética para consigo mismo, loable, pero no tanta con las normas clásicas del arte, al menos en su su toreo de muleta en redondo.
ResponderEliminarPuede que estemos ante otro caso más en el que gran parte de la afición reniega y con el tiempo pasa a ser alabado por los mismos (me cuesta creerlo en este momento). Y que este toreo de alcayata, cuerpo retorcido y compás exageradamente abierto marque un antes y un despúes, como ya estamos viendo en gran parte del escalafón con vulgares copias de Juli. Por cierto, antes de Juli, ¿hubo más toreros que usaron esta peculiar forma de citar que tanto chirria a la vista de muchos aficionados? O estamos ante el precursor.
Interesantísimo artículo el que ha trascrito, gracias.
ResponderEliminarQué duda cabe que Juli tampoco llena el escenario con gracia y torería, si se encuentra entre las llamadas figuras se debe a otros atributos. Por ello, no estoy de acuerdo con el mensaje que creo que trata de transmitir. La estética, entre los tres pilares que un torero puede poseer -y usted nos ha enseñado-, yo la relacionaría con el arte, no con la ténica ni el valor, valores éstos dos últimos que son innegables en la figura de Juli.
Es decir, ¿relacionamos estética con el porte físico del torero, o con la armonía en sus movimientos -o quietud- a la hora de ejecutar los distintos lances. O la suma de ambas? Otra duda sobrevenida.
Saludos.
Vazqueño:
ResponderEliminarEstimado amigo, me parece que de precursor nada. Otra cosa es que ha llevado al límite y (como usted dice ya veremos si para bien o para mal) cierto concepto del toreo que ha existido antes que el.
Alberto Marcos Morante, gran aficionado, me enviaba ayer por mail estos textos de PACO CAMINO (No tienen desperdicio):
"Yo siempre he tenido varios conceptos muy claros: en primer lugar la cintura tiene que estar quebrada, rota, porque en mi idea no cabía la verticalidad, sino que al toro había que llevarlo, acompañarle, mecerse con él, prolongarle la embestida..."
"...En mi época en general, acompañábamos al toro con la cintura, la cabeza e incluso, la barbilla y cuanto más largo se lleveba, mejor. Hay una secuencia clara: cuanto más lejos se cogiese y más lejos se dejase, mejor.Algunos toreros lo que hacen es muñequear nada más y los toreros sabemos que con las muñecas, se pueden hacer muchas cosas, incluso trampas..."
"... la ausencia de verticalidad implica que el torero, al ejecutar un natural, se encuentre vencido (incluso un poquito echado hacia adelante) en la dirección de la embestida del toro..."
"...respecto a la pierna contraria, a veces levantaba el talón, siempre con la intención de llevar al toro, lo más largo posible."
Estéticas personales aparte, esta claro que el concepto es el mismo. Quizás por eso, la faena del Juli en Aranjuez (donde lo lleva al límite) me recordó algunas de Camino en México en su primera época.
Con esto, repito, no estoy valorando la bondad o no de la propuesta del Juli sino la "valentía" de este torero al ser tan coherente consigo mismo pese a las inevitables críticas (Y elogios también, por supuesto, Ejemplo Belmonte) que consigue el que se aparta del camino trillado.
Un fuerte abrazo.
Estimado José:
ResponderEliminarVeamos:
"...creo que lo importante no está ahí en la estética o falta de estética sino en el concepto del toreo que tiene este diestro...".
Con todos mis respetos, creo que la estética no se puede separar del concepto del toreo, sino que entra dentro del concepto tanto como las cuestiones técnicas. Incluso casi diría que la estética es lo que determina el tipo de toreo, y por tanto la técnica, de un diestro, resultando el aspecto más importante del concepto.
La técnica de Manolete no habría sido la misma si no hubiera elegido su característica estética vertical.
El toro se puede dominar (llevar el toro toreado, según sus palabras), forzando la figura de cualquier manera como hace el Juli o imponiéndose unas límites estéticos que nunca se van a traspasar (Manolete, Pepe Luis, Ponce).
Tal y como yo lo veo, los toreros que eligen la manera de torear del Juli, no lo hacen por libre elección, sino por incapacidad manifiesta de hacer estéticamente lo que hacen de forma desaliñada. Siento decir esto, pero me parece que dominar un toro como lo hace El Juli no tiene mayor mérito y está alcance de cualquier torero de nivel que pierda el sentido del "pudor estético". Sánchez Vara, por ejemplo.
En cuanto a la cita de Belmonte, me temo que confunde la estética fisica del torero con la estética de su toreo.
Curro Romero A. Binevenida o Antoñete, con barriga, hacían un toreo maravillosamente estético. Morante fondón, también. Pepe Luis, Manolo Vázquez, Manolo González, Pepín M. Vázquez, Paula no eran precisamente Adonis. En cambio, un torero apuesto y resultón como Luis Miguel no se puede decir que emocionara por su estética.
La cita de Camino está cogida por los pelos. Nadie dice que haya que torear como un palo y sólo muñequeando. Pero entre esta opción y el contorsionismo está la flexibilidad natural, que yo creo que es a lo que se refiere Camino.
Un saludo.
Mosquete
hay bastante más verdad sobre la charlotada de Juli aquí:
ResponderEliminarhttp://reventadoramargado.blogspot.com.es/2013/06/un-muletazo-de-el-juli-para-la.html
Mosquete:
ResponderEliminarQue usted no quiera separar la técnica de la estética o que, para usted, la estética sea lo más importante me parece perfecto. Pero debe admitir que ese punto de vista no tiene porqué ser el de los demás aficionados o el de todos los toreros.
Personalmente, no me parece interesante (aunque sea legítimo) juzgar a un torero por conceptos o aspectos que ni encajan en su concepto del toreo, ni en sus capacidades ni en sus intenciones.
Dicho lisa y llanamente, valorar a Curro Romero por no ser legionario del toreo, al Espartero por sus carencias técnicas o a Luis Miguel Dominguín por su falta de “ángel” puede ser más o menos necesario para acabar de definir el perfil del personaje pero me parece que aporta menos que hablar del arte y pellizco de Curro, de la hombría y dignidad profesional de Paco Ruiz Miguel o de la inteligencia lidiadora del hijo menor de Dominguín padre.
Y es que cada uno explota en esta vida las cualidades que tiene pero no las que no tiene o ¿Podría ser de otra forma?
En cuanto a la cita de Belmonte el reparo que se hacía en Palmas y Pitos no era a su figura personal sino a su figura torera. Dicho de otro modo, se criticaba o analizaba en ese texto su figura física desde el punto de vista de la estética como torero. Pero, cuidado, también su forma de torear fue objeto de críticas en sus primeros años, críticas que a medida que pasaba el tiempo se fueron diluyendo en el olvido.
El toreo espatarrado muy criticado en época de Guerrita por feo, acabó siendo alabado en época de Bombita por bello. Podría poner muchos ejemplos pero no quiero extenderme.
De Juli no me impresiona su estética evidentemente ni si adecuación al canon belmontista o manoletista, sino su forma de llevar a los toros, su seguridad y su cabeza torera. Puestos a hablar de estética prefiero a ... otros toreros
Un fuerte abrazo
PD: La cita de Camino no está tan traída por los pelos, creo. Pero de eso hablaremos en el blog.
Anónimo 4:
ResponderEliminarEl artículo (aunque bastante discutible y matizable en muchos aspectos) es muy interesante pero lo que me parece una petulancia, por su parte, es que todavía alguien piense que está en posesión de la verdad absoluta (y no que defiende un legítimo gusto personal).
Un debate asimétrico ¿No le parece?
saludos
¿No se están pasando Vds. mirando todo con lupa? Yo estuve en Aranjuez y aunque no recuerdo si el toro del Juli abrió más omenos la boca, sí recuerdo que derrochó casta y nobleza durante toda su lidia. Y también recuerdo que, por encima de gustos personales, el Juli estuvo extraordinario. Su faena fue un auténtico faenón.
ResponderEliminarNo creo que ante una faena como esa haya que estar midiendo la altura de la mano respecto a la arena, ni el tamaño de la muleta, ni la longitud del estaquillador. Cierto que en algunos momentos el Juli apareció excesivamente retorcido -en demérito de la estética-, pero no es menos cierto que el Juli -como acertadamente puntualizó Morente- dio en Aranjuez una auténtica "vuelta de rosca" en la evolución de su personal concepto del toreo. ¡Y que pocos son los toreros que tienen un concepto personal!
Otra cosa es que ese concepto nos guste o no, ya que los aficionados también tenemos nuestro particular concepto del toreo. Lo que no debe condicionarnos al juzgar faenas que no se ajusten milimétricamente a nuestro patrón.
Veamos los toros con amplitud de miras y sin complejos. Y no nos engañemos: hay toreo bueno y toreo malo y, dentro del bueno, toda una gama de formas y estilos que encajarán o no con nuestro concepto ideal pero que siempre son válidas.
Y hablando de precursores me sorprende que casi nadie se acuerde de Dámaso González, antecedente directo del toreo forzado y profundo que está planteando últimamente el Juli. A Dámaso le martirizó la "alta crítica" de la época, una alta crítica que paradójicamente se volcó en elogios años más tarde a raíz de la reaparición del albaceteño (que a esas alturas no era ni sombra de lo que fue).
Y que conste que hay tres o cuatro toreros (no más), cuyas formas me gustan mucho más que la de El Juli... aunque ninguno de ellos luce la actitud ni el afán de triunfo y de superación del madrileño.
Don Jose, como decía un antiguo locutor y periodista mexicano, don Pedro Ferriz: "No sé si ponerme a reír, a llorar o a rezar." Me preocupan sobremanera sus loas a Juli y su aberrante nueva tauromaquia. ¿Está seguro de que no le han abducido recientemente unos taimados alienígenas? Un abrazo. Gastón Ramírez.
ResponderEliminarGarabito:
ResponderEliminarDifícil debate este, al que calificaba de asimétrico por la predisposición a la contra (bastante virulenta a veces) de los detractores de este torero.
Me alegra por ello, su comentario. Primero, porque estuvo usted en la plaza (lo que no curre, y me incluyo, en la mayor parte de los que aquí hemos intervenido( y segundo, porque me consta que no es el Juli torero de su predilección (más bien al contrario) por lo que sus palabras tienen más peso.
Suscribo su propuesta final (miremos los toros con amplitud de miras y sin complejos) aunque no creo que prospere anda muy revuelta y muy radicalizada hoy día la "cofradía del aficionado".
Bien está la pasión, pero esto no tiene nada que ver con ella.
Un fuerte abrazo
Garabito ha expresado mi opinion perfectamente. Y Jose Morente, como siempre, ha escrito un articulo muy interesante que abrio la puerta a la polemica.
ResponderEliminarGracias a los dos.
Jim Verner
Gastón Ramírez:
ResponderEliminarAmigo Gastón. Creo que tiene usted razón y, verificado el tema, nuestro equipo de investigadores ha podido comprobar que los aficionados que consideran de interés las propuestas del Juli (probablemente una mayoría aunque silenciosa) están abducidos -como usted denuncia- por dos peligrosos virus alienígenas que hemos podido identificar como Virus-CdR y Virus-CdS.
O sea, conocimiento de la reses (CdR) y conocimiento de las suertes (CdS).
Nuestro equipo, está trabajando en la utilización como "antídoto" de un tercer virus, mucho más potente y eficaz y de efectos irreversible: el virus-CdT (Cánones del Toreo), que hemos podido localizar y aislar en los viejos textos de los autores más dogmáticos.
Administrado a los aficionados "infectados" por el CdR y el CdS, el CdT anula (parcial o totalmente) sus efectos y desaparece cualquier fascinación que los "abducidos" pudiéramos tener por las figuras del toreo (Ya sean José Tomás, Morante o el Juli) y las ganaderías predilectas de los mismos (Cuvillo, Juan Pedro, Garcigande y Victoriano del Río)
Y es que hablar mal de las figuras (y del ganado que torean) parece imprescindible, en nuestros días, para alcanzar, el "caché" de buen aficionado a los toros [Algo que el virus-CdT garantiza].
Un fuerte abrazo.
(Y muchas gracias por su comentario pues su proverbial sentido de la ironía, nos ha permitido traer a estas páginas una pizca de humor)
Jim Verner:
ResponderEliminarAmigo Jim, le agradezco su comentario, sobre todo porque como en el caso de Garabito me consta que la estética del Juli (no su decisión y capacidad como torero) no son de su agrado.
Un fuerte abrazo.
Siempre os cuento alguna de mis vivencias; y sí no siempre, con cierta frecuencia, me dejo caer con algo que me hubiere llamado la atención.
ResponderEliminarMirad: Hace algunas décadas, tentando en lo del Marqués de Villamarta, observé que las novillas más bravas y en la primera vara, miraban arriba antes de meter la cabeza debajo del caballo; en la segunda era frecuente y muy claro, que hiciesen el gesto de embestir al piquero; esa era mi impresión, al menos; interpretándose por los ganaderos, como gesto de quitarse el palo. Sin entrar en discusión, lo hice ver, por lo que incluso fui reprendido. Años después supe, que era usado como criterio positivo para calificar las novillas, con la característica de querer embestir a aquello de donde le venía el castigo. Si bien, el movimiento y gesto de quererse quitar el palo tuvieron que afinar para diferenciarlo.
Evidentemente eran tiempos en los que se valoraba para determinar la bravura (CdT) sus componentes de agresividad (CdT) y fiereza (CdT).
En mi comentario sobre "Golfillo" de Cebada Gago, días pasados y en esta misma entrada, traté de hacer un apunte, sobre la consideración de la circunstancia en qué un Toro pueda abrir la boca durante la lidia, para con ello dar a entender que no debe ser considerado canon. No se sostenía, ni con una estructura del Dr. Morente.
Hoy he traído a la Mesa de Dabate, jugándome el físico con esos virus (palabro casuístico) el tema de las novillas del General Dávila. "Se quita el palo" ¡vista y puerta!: Error, no siempre que se echa la cara arriba es para defenderse; aquel día colaboré a destruir un cánon, posiblemente nunca lo fue, ya que hoy las becerras -se tientan de becerras- que se lo quitan pueden pasar si se dejan, abriendo la boca o no, en ochenta muletazos; y si son felices en muchos más.
La categoría de canon CdT, no se consolidó en un cuarto de hora en la Historia del Toreo. Si no, ¿de qué forma se iva a llegar al CdR y al CdS?
Así, que mucho cuidadíto con el antídoto que se puede unir, como sucede en la Química Órgánica, y que los tres Carbonos (CCC) formen cadena, echando mano de algúnos Hidrógenos(HHH) del agua (Aguado), y con el Oxigeno que nos lo encontramos gratis en la dehesa, de tan despoblada como se va quedando, y se forme una cadena explosiva que al final se cargue la Fiesta.
En la prudencia puede estar la solución. Experimentos -no me puedo aguantar la risa- los mínimos; y en la casa, y con gaseosa. Así que ese Laboratorio Virtual vais a dejarlo que os puede meter en un buen lío. Como prueba de imaginación valga; como chiste, no tiene ninguna gracia.
La gente se os ha "tirao" a degüello. Os falta gran parte de razón; a esa gente, también les falta; y al Juli, sí quisiera hacerme caso, me serviría para mi causa. Pero… si luego le sale un Victoriano como en Sevilla, con más guasa que Pocapena, Bailaor e Islero juntos, y se cree que está en el patio de su casa…de tan “pedazo” de Torero como es.
¿Me he ganado ya “el caché” maestro Morente? Se lo pregunto por qué como yo voy “a la pata la llana” y por las de “veri”…
Saludos de Gil de O.
Gil de O.:
ResponderEliminarEstimado Gil de O.
¡Ja!¡Ja!¡Ja! Efectivamente, se ha ganado usted el “caché”, pero no el de aficionado gruñón (que es el que da el CdT) sino el de catedrático emérito en CdS y, por supuesto en CdR.
Por lo que respecta al detalle de los Villamarta, creo que en casi todas las ganaderías (esto es intuición) hay pequeñas señales o detalles en el comportamiento de las reses cuyo (re)conocimiento, fruto de la experiencia, sirven al ganadero para dictaminar sobre la calidad de cada ejemplar pues corresponden generalmente a comportamientos comunes (típicos) en cada reata o familia.
Con el tema de los cánones no coincidimos y yo me pregunto ¿es que quizás llamamos cánones a cosas distintas?
Voy por ello, a fijar mi posición.
Para mí, los cánones, tal y como se entienden hoy son un conjunto de reglas fijas e invariables que se supone dictan como se debe torear bien.
Pero, como torear se puede hacer de varios modos radicalmente distintos (para empezar nada tiene que ver el toreo en redondo con el toreo en ochos) debería haber al menos dos juegos de "cánones" distintos; uno para cada "modo" de toreo. Pero no es eso lo que ocurre. Pues sólo hay un "canon" y este se caracteriza por su rigidez.
Creo que los cánones se han formado efectivamente en un proceso acumulativo histórico pero, en mi opinión, al margen de lo que pasa en los ruedos.
Analizando la historia del toreo observo, a lo largo de todas las épocas, una evolución distinta en paralelo y sin conexión entre el toreo real que se hace en las plazas y el toreo conceptual que se hace en los libros (los cánones).
Desgraciadamente, cada uno va por su lado, por eso, los cánones que resultan del proceso teórico no sirven para explicar cómo es el toreo que se hace en los ruedos. No sirven para explicar el toreo real.
Al contrario, juzgado bajo el prisma de los cánones teóricos, el toreo de cada época siempre ha merecido la repulsa de los aficionados y una valoración negativa comparado con el modelo teórico propuesto en cada momento histórico (cánones)
Un modelo teórico (matemático, físico o taurino, me da igual) que no sirva para explicar la realidad no me vale y creo que debe ser sustituido por otro modelo que si la explique. Sin embargo, el aficionado ve eso como un atentado a sus conocimientos y no lo acepta.
Este es el conflicto que creo se está produciendo en la actualidad
Un fuerte abrazo
Y que opinan los toros de todo esto? Se sienten mas dominados, mas toreados cuando el señor toreador se envorva un poco, mucho, en absoluto? Cada torero tiene su personalidad, su carácter, su estilo. Rafael Nadal no se comporta como Roger Federer en una pista de tenis. Vulgaridad, elegancia, conceptos subjectivos... Hay tantos detalles en la tauromaquia que nos parecen naturales a nosotros, aficionados, y que suenan totalmente ridículos (o inaguantables)para los neófitos...
ResponderEliminarJ.Coursier
Jack:
ResponderEliminarInapelable su comentario que, como siempre, se sale de lo trillado.
¡Olé!
Un abrazo
Un abrazo, Maestro, et toutes mes amitiés!
ResponderEliminarJ.C.
Pues a mí me gustaría saber lo que opinan los toreros.
ResponderEliminarLMG:
ResponderEliminarEstoy seguro que la opinión de los toreros descolocaría a más de un aficionado...
Un cordial saludo