Joselito el Gallo recibe al toro de su presentación en Madrid como novillero (13 de junio de 1912)
Una duda razonable
La foto de Joselito el Gallo que encabeza esta entrada, tomada el día de la presentación como novillero del diestro sevillano en Madrid, y que fue publicada en una entrada anterior de este blog ha llamado la atención de alguno de nuestros lectores. En particular, el detalle de coger el capote por la esclavina, algo sobre lo que hacíamos hincapié en el pie de foto, suscitaba la duda sobre si era algo habitual en la época y si Joselito mantuvo ese modo de coger el capote a lo largo de su carrera.
NI larga cambiada ni larga afarolada
Lo primero que parece pertinente es aclarar que el lance reproducido no tiene nada que ver con otros dos lances que también se suelen o pueden dar (o se daban) arrodillados: la larga cambiada y la larga afarolada.
La larga cambiada de rodillas de Rafael el Gallo (San Sebastián, 21 de agosto de 1910). En la larga cambiada, el capote se coge solo con una mano (no con las dos)
Larga cambiada afarolada de rodillas de Luis Miguel Dominguín (Fotografía del libro de Gregorio Corrochano, “Cuando suena el Clarín”). En la larga afarolada el capote se coge con una sola mano y se pasa por encima de la cabeza.
El cambio de rodillas
Por el contrario en el “cambio de rodillas”, lance inventado por Fernando el Gallo, el capote se coge con las dos manos. Al lance se le ha denominado también “quiebro de rodillas”.
Cambio de rodillas de Fernando el Gallo, inventor de esta suerte (Detalle de una lámina de La Lidia). No es larga pues no se suelta una de las manos ni afarolada pues el capote no pasa por encima de la cabeza. En el cambio de rodillas, el capote se coge con las dos manos y se pasa una de ellas por delante del pecho a modo de las tijerillas.
Viendo el grabado reproducido no parece que Fernando el Gallo esté cogiendo el capote por la esclavina (como afirmábamos en el pie de foto de Joselito) sino por sus extremos.
Esta fotografía de Rodolfo Gaona, citando para el cambio de rodillas (En Madrid, el 7 de abril de 1912) parece corroborar lo anterior. El torero coge el capote igual que para una verónica pero quizás algo más recogido (a unas tres cuartas del extremo).
Estas otras dos fotografías de Joselito el Gallo en Madrid (la primera del año 1914 y la segunda, del año 1915), ejecutando sendos cambios de rodillas, no aclaran –por la situación del fotógrafo- nada respecto al modo de coger el capote el torero. Joselito siguió ejecutando el cambio o quiebro de rodillas a lo largo de su carrera y especialmente en sus primeros años.
El cambio de rodillas. Un invento de Fernando el Gallo
Como hemos dicho, el cambio de rodillas es un invento de Fernando el Gallo, el padre de Joselito y Rafael.
No tenemos fotografías del progenitor de los Gallos ejecutando esta suerte pero, por fortuna, disponemos de una foto de estudio donde el genial torero sevillano, se retrata en posición de citar para este lance.
Fernando el Gallo preparando para ejecutar el “cambio de rodillas”
La fotografía de Fernando Gómez el Gallo preparado para ejecutar el lance de su invención, es magnífica, no sólo por su innegable sabor de época y aroma torero, sino porque desvela la forma correcta de coger el capote: La mano que da el cambio y que debe pasar por delante del pecho del torero, coge este por su cuello, por la esclavina. La otra mano, sujeta uno de sus extremos.
Aclaremos: La forma correcta de coger el capote de Fernando el Gallo ya que, en el caso de Joselito, parece que son ambas puntas del capote (las dos y no una sola) las que se sujetan con la mano que no torea. O, al menos, eso parecen indicar los pliegues de su capa.
El pliegue del capote que se adivina doble hace pensar que mientras la mano derecha lo coge por el cuello de la esclavina, la izquierda lo agarra por sus dos extremos. ¿Un modo distinto de coger el capote respecto al de su padre? ¿O cabe pensar que, en el caso de Fernando el Gallo, lo que se pretendía era simplemente mejorar la estética de la suerte en una pose de estudio?
Una suerte hoy en desuso
En cualquier caso y se coja como se coja el capote, el cambio de rodillas, que José practicó con frecuencia y que siguió practicándose algunos años después de su muerte, es hoy por hoy –y por desgracia- una suerte en desuso.
Después de Joselito, algunos toreros siguieron practicando esta suerte. En la foto de arriba, un discípulo aventajado de José, Marcial Lalanda, cambia de rodillas a su toro. En la de abajo, el lance es ejecutado por el creativo y genial torero mexicano Pepe Ortiz.
Con el capote de rodillas, hoy
Hoy de rodillas, olvidado el cambio, se siguen dando largas cambiadas afaroladas generalmente en terrenos de tablas y al hilo de ellas, como veíamos en la fotografía de Luis Miguel Dominguín. De modo más excepcional (pues constituye alarde de valor) este lance se realiza a la salida del toro y frente a toriles, lo que se conoce como “a porta gayola”.
Si bien el cambio de rodillas se ha perdido en el túnel del tiempo taurino, no ha ocurrido lo mismo con otros lances de capa ahinojados. Hace sólo un par de semanas, dos figuras del toreo, Alejandro Talavante y José María Manzanares (este último por partida doble), se plantaron ante la siempre tremebunda puerta de toriles de la Maestranza de Sevilla para ejecutar con precisión y valentía –toro tras toro- tres largas cambiadas afaroladas de rodillas a porta gayola, que pusieron la tarde al rojo vivo.
Nota de agradecimiento.
A Gerardo Ortega, Gastón Ramírez, Javier García Baquero, Francisco Butler y Pepe Olid por sus comentarios sobre esta añeja suerte. Y especialmente, a Robert Ryan quien habla sobre ella, de modo magnífico, en su magnífico libro “El toreo de capa” recientemente re-editado.
Tuve la suerte de admirar desde el día 15 de Agosto de 1958 a un gran torero dominador del Toreo de Capa de Rodillas. A `partir de ese fecha compartí afición, amistad y estudios (mismo Curso y Especialidad en la Escuela de Peritos Industriales de Jaén).
ResponderEliminarHablo de Santiago dos Santos, privilegiado en el Toreo de Rodillas por Faroles, los que ejecutaba llevando al Toro muy toreado, templándolo por descontado, y ligando para el siguiente, los que remataba con un cambiado (ahí veo la foto de José que se está comentando) generalmente hacia las afueras por las esclavinas, sin soltar y a modo de medio molinete, trinchera o media.
Era de una grandeza inusitada. El mismo Curro Romero, aquella tarde memorable que compartía cartel, me comentaba en entrevista para la SER que eso jamás lo podría hacer él.
Saludos de Gil de O.
Se agradece (ya que siempre se les da caña, unas veces justificada y otras sin justificar) que dos figuras del toreo como Manzanares y Talavante, tengan el gesto de raza o valor o quizá las dos cosas de irse a la puerta de los chiqueros de Sevilla, tan difícil para todos los toreros. Morante en su día tambien "se vio obligado" a hacerlo.
ResponderEliminarUn saludo.
Gil de O.
ResponderEliminarNo tuve la fortuna (por lo que usted dice hubiera merecido la pena verlo) de ver torear a Santiago dos Santos heredero de los faroles de Manuel Dominguez Desperdicios.
Bien está recordar suertes olvidadas pero tambien es de justicia hacerlo con los toreros hoy olvidados como usted hace
Gracias y un saludo
Alberto Marcos Morante
ResponderEliminarComo usted dice gloria y honor a estos heroes a las figuras y a los que no lo fueron.
A todos ellos. A Manzanares y Talavante, como más recientes, pero también a Espartaco, Morante, Padilla, Cardeño, Pepe Luis Vargas y tantos otros que se han jugado la vida en esa difícil suerte nuestro recuerdo.
Un abrazo
Luis Conrado, joven matador mexicano, realizaba esta suerte con gran éxito en su etapa novilleril; no sé si aun la ejecuta. En muchos años de ver toros, es al único que he visto interpretarla.
ResponderEliminarUn abrazo.
José una vez más excelente y paro ya que parece que te quiero dar coba!!
ResponderEliminarJesús
ResponderEliminar¡No te cortes!
De vez en cuando también se agradece la coba...
Un abrazo
Que grandes sois!!!
ResponderEliminarUn abrazo a todos
El Pasmo es Luis Buzon querido Jose Morente!!!
ResponderEliminarAbrazos desde Madrid
Gastón
ResponderEliminarPues tiene usted suerte. Yo no he visto dar el cambio a nadie en mis años de aficionado
Pero no desespero...
Un abrazo
El Pasmo
ResponderEliminar¡Belmontista tenía usted que ser...!
Un fuerte abrazo
"A este hombre no le ofrezcas, que no le gusta el Fandi":
ResponderEliminarSe trataba, Plaza de Frascuelo, de una bandejita de piononos -hubo para todos, menos para mí- los que aún recuerdo; e inevitablemente, se me hace la boca agua.
Total que se los comieron a cara de perro. Yo, sin embargo me quedé con ese "cambio" en el tercio rodillas en tierra del Fandi; un torero que nunca he ido a ver expresamente, pero que nunca despreciaré en un cartel. Ultimamente suelta una mano a modo de "chicotazo" bajando el trapo a modo de "guiñapo" a la altura de la pañoleta; ya me gusta menos, que cuando le ha llevado los vuelos a la altura del hombro, de forma que instantáneamente se pierde de vista al Toro, cosa que a José y a los grandes siempre les ha preocupado. Algo así como cuando se sustituye un pase de pecho por una trincherilla sin ganas de rematarla. ¡Sí, pero no!
Saludos de Gil de O.
Magnifico articulo. Ultimamente estoy aprendiendo más de la tauromaquia de Joselito que en todos mis años como aficionado.Saludos de Alfonso de Zamora.
ResponderEliminarGil de O
ResponderEliminarEl lance que describe parece un recorte para colocar al toro en suerte. Si es así es probable que sea el mismo que hemos visto recientemente a otros toreros.
Por lo que respecta al Fandi creo que se inscribe dentro de una línea alegre y deportiva del toreo (Gordito, Carlos Arruza, etc) que no suele placer a los aficionados más adustos. No obstante, puede ser en ocasiones un simpático contrapunto al toreo adusto y serio que tanto nos encandila como aficionados.
Saludos
Alfonso
ResponderEliminarParece que -por fin despues de tantos años- Joselito empieza a estar en cierto modo de moda. Esperemos que no sea algo pasajero o efímero.
Un abrazo
He visto en el margen derecho muchos nombres de toreros, pero no el de uno de los mejores, alguien de verdad con pocas oportunidades: Francisco Marco
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