Buena se ha armado con la primera corrida de interés del año. Me refiero a la del domingo pasado en Vista-Alegre (Madrid) donde actuaban Juan Mora, Morante y el Cid con toros de Núñez del Cuvillo.
Leo la crónica de Vicente Zabala (que me merece confianza) y aquello fue una sinfonía espectacular de Morante. Leo la de Antonio Lorca en el País y aquello fue un timo.
El caso es que sigo sin aclararme. Pero me acuerdo que al día siguiente del festejo un amigo mío, que firma como “El Divino Calvo”, me había enviado sus notas sobre el mismo. Releo su crónica (en realidad reseña al estilo antiguo, toro por toro) y ¡Oh, milagro! Me entero de todo y me empieza a cuadrar lo que dice Zabala y lo que dice Lorca (tan distantes entre sí).
Como me parece de sumo interés (para mí lo ha sido) la publico en el Blog.
La corrida del Domingo en Vista-Alegre
Crónica de “El Divino Calvo”
Cuando la tarde estaba muy cuesta arriba y todo se iba al traste… llegó el genio de la Puebla.
Cuando la tarde estaba muy cuesta arriba y todo se iba al traste… llegó el genio de la Puebla.
Pero primero, vamos por partes. Tres cuartos de entrada, que junto a la poco más de media entrada del día anterior, hacen un bagaje de asistencia de público a la feria de invierno, muy pobre. Con esa carcelería en una plaza de 14.000 localidades y en Madrid, deberían haber colgado dos veces el cartel de “no hay billetes”.
Conclusiones: Primero, los treinta llenos de San Isidro son una farsa. Están amparados por el abono “cautivo” y con carteles mediocres se consiguen llenos, que financian el canon de la plaza y el resto de una temporada deficitaria. No se ajustan a la demanda del público, pero son obligados por el pliego. La empresa forzada por la Administración, sólo busca cubrir el expediente en los carteles de verano, y obligar al aficionado-abonado a financiar el resto de festejos del año.
Segundo, en tiempos de crisis, además de grandes carteles hay que tener un poco de imaginación y fomento. Precios carísimos, comparados con Las Ventas, no si los comparamos con las plazas del sur (excepto Málaga). Hoy en día, no muchas parejas se pueden permitir gastar 100 o 150 € en dos horas (sin garantía de ver algo excepcional). El único torero que garantiza la excepcionalidad es José Tomás, por eso es el único que revienta la taquilla.
Presentación de los toros de Cuvillo.
Para mi la corrida fue muy desigual, con dos o tres toros que por su presencia nunca debieron ir en esta corrida. No soy partidario del toro grande, ni de juzgar el trapío del toro sólo por el peso o por lo pitones. Pero esperaba una corrida más en Cuvillo, estrechos de sienes pero ensañando las puntas. En ese tipo, sólo salió el sexto, un jabonero precioso, el mejor del festejo. Vale que sea una plaza de segunda, pero estamos a las puertas de Madrid. Cuvillo tiene apalabradas tres corridas para Madrid, Sevilla, Pamplona, Bilbao, Málaga, Barcelona… Resulta que quiere lidiar en todos estos sitios, y tiene que renunciar a sacar una corrida en tipo y acorde a la categoría que se quiere dar a Vistalegre (al menos en precios).
No obstante, Cuvillo es Cuvillo y al final salieron dos toros que salvaron el festejo. El quinto de Morante, un toro muy dulce, que quizás se vio un poco mermado por una voltereta. Y un gran sexto. El mencionado jabonero, de nombre Lanudo, por lo que supongo que debe ser hermano de un toro indultado por Perera el año pasado en Algeciras, con el mismo nombre. Se le dio la vuelta al ruedo, polémica, pero con independencia de esta valoración, un gran toro.
Juan Mora. Sólo destellos
Juan Mora dejó destellos del toreo que atesora. Su primero, el menos malo de su lote incluyendo el sobrero que regaló, permitió una faena llena de detalles, pero que no pudo coger mayor altura. Precioso y muy torero en su inicio de faena al segundo, rodilla en tierra, que sólo pudo quedar en eso. En el “de regalo” hizo un esfuerzo en un toro pegado al piso. Se metió entre los pitones. Aunque valoro su esfuerzo, personalmente me gusta mucho más el “otro Mora”. Quizás no era posible otra cosa.
Un toro anovillado
El segundo de Morante estaba muy anovillado, de comportamiento muy desigual, probón e incierto. El de la Puebla hizo un gran esfuerzo y tapó las dificultades del toro. Creo que gran parte del público no percibió esas dificultades. El inicio de faena por ayudados, por alto y por bajo sublime. Aunque la faena no llegó a coger gran altura (en parte porque el público espera el cante grande y si no lo ve, pronto se desencanta). Este va a ser un hándicap con el que deberá convivir Morante. Ya lo ha vivido en varias tardes la Maestranza. El que no lo sepa apreciar, él se lo pierde. A mi me encantó.
Mosqueo del público
El tercero desató el enfado del público, que ya estaba un poco mosca. Muy estrecho de sienes, muy acapachado. A la forma de sus pitones se unió su forma de moverse (se abría mucho en su embestida). Daba una sensación rara de movimiento, como si tuviera un defecto, aunque creo que no era tal. El caso es que se pidió fuertemente la devolución, que el Presidente no concedió. No echaron cuentas al Cid. Y la tarde se puso muy cuesta arriba. En el cuarto ya comentado de Mora, la cosa no mejoró… y cuando parecía que todo se iba al traste… apareció Morante.
El genio de la Puebla
El segundo toro de Morante no se definió de salida con el capote, además se pego una fuera voltereta (por humillar). Quizá por esta razón y aún en contra del público, se le pego muy poco en varas. Por cierto, en mi opinión, se hizo el tercio de varas de forma muy coherente, picotazo en el primer puyazo (justo después de la voltereta), El público pitó que no se le pegara fuerte. Pero Morante, dio varios capotazos, comprobó como estaba el toro, midió y se dio un segundo un poco más fuerte, pero sin exageraciones y eso dio paso a una gran obra. Si hubiera hecho caso al público, se le pega duro, pierde una mano, más el enfado del respetable por el desarrollo-presentación (todo incluido) de la corrida. Toro para atrás y la corrida definitivamente al traste.
Inciso obre los primeros puyazos. Si le pegas fuerte en el primero y te pasas, ¿Donde mides al toro? ¿Para que están el segundo y tercer puyazos? Hoy en día se ha impuesto, que una buena suerte de varas hay que pegar duro en el primero, unas veces forzados por el público y otras por los matadores que tiene miedo que les cambien el tercio. Cuando debería ser siempre al revés. Esta debe ser una las premisas para recuperar la suerte de varas.
Comentado esto, el toro quedó con una embestida muy dulce, caramelizada aún más con el toreo de Morante (como decía Manolete de Pepe Luís Vázquez, “su toreo rezuma almíbar”). Prodigiosas muñecas. Gran inicio, como no. Dos buenas series con la derecha, una sublime. Al natural la faena no decreció, es más, subió en dos o tres naturales, largos, suaves, hondos, aroma puro. Cierre por ayudados por alto, por bajo… colosal. Pinchazo en todo lo alto, tirándose muy derecho. Estocada trasera y casquería para premiar una obra de arte, monumento al toreo. Al final mirada al cielo de Morante. Pepín Martín Vázquez desde el cielo, debe estar orgulloso del torero que mantiene el legado de la escuela sevillana.
El Cid con un gran toro
Termino con el sexto, el del Cid (el de regalo de Mora ya está comentado). Tuvo el trapío que se espera de Cuvillo y para esta plaza, sin exageraciones, estrecho pero enseñando las puntas, muy armónico. Toro pronto, profundo, sobre todo el la muleta. No hizo gran pelea en varas. ¿Polémica la vuelta? Da igual, un gran toro. Esperaba mucho más del Cid, después de su temporada americana. Se le vio un poco ansioso, como con ganas de demostrar que ha salido del bache. Dio dos o tres series correctas con la derecha pero como con prisas, sin llegar a soltar la embestida del Cuvillo. Cuando se cambió a la izquierda todo se diluyó. No cogió bien la distancia en la primera serie, muy en largo. En la segunda el toro quedó un poquito corto. No hubo acoplamiento. El Cid tuvo miedo que la faena cayera y no volvió a porfiar más por ese pitón. Volvió al derecho, pero acortando la distancia, para dar un circular y un molinete, ahogó al toro, y la balanza cayó a favor de este último. Gran estocada. Petición de oreja mayoritaria y el presidente incomprensiblemente concedió dos. Con merma de la categoría de la plaza y del festejo.
En la descarga del Cid, diré que es muy difícil torear después de una gran faena del genio de la Puebla.
Una imagen de la plaza antigua
Pues si Zabala es una autoridad, apaga y vamonos. ¿Recuerdas cuando para él era 'Tunante de la Puebla'? Bueno,algún día te contaré lo de Lili y Zabala en un callejón de Sevilla, una noche.
ResponderEliminarBebé:
ResponderEliminarLo que digo es que Zabala "me merece confianza", no que lo considere autoridad en la materia, que ese es otro tema. Y lo digo porque (en general, aunque no siempre) lo que cuenta en sus crónicas se parece a lo que yo he visto en la plaza, lo que no me ocurre con otros periodistas taurinos.
Claro que esto no pasa de ser mi opinión tan defendible o discutible, por supuesto, como cualquier otra. Un fuerte abrazo