En mi opinión los elementos que caracterizan y sustentan el toreo de Juan Belmonte son: el valor, el temple, el toreo de brazos y no de piernas, la estética o el acento emocional que trascendía de su figura y su excepcional toreo de capa.
El valor
No quiero parecer reiterativo pero la clave de todo gran torero empieza en el valor. Ese tipo de valor sereno que –lo decía Juan- permite estar y pensar en la cara del toro como si no hubiera toro. Clarito en sus Memorias (pág. 129) apostilla:
“El valor que es la médula de la fiesta y la forja primigenia del arte torero; su cuna y su sostén, porque de él nació y sin él no vive; su asiento milenario y su ánima y su esencia. Sin la compañía y aliento del valor ni la sabiduría impera ni el arte resplandece. Cuando se discriminan las virtudes y méritos de las figuras señeras de la historia, aparece, sobreponiéndose a la fama de su capacidad o de su arte, la verdad de su valor”
Valor, además, que en el Belmonte de la primera época, adquiriría tintes de heroísmo por su concepto del toreo intentando imponer su modo de torear fuese como fuese el toro.
El temple
Uno de los puntos fuertes del toreo de Juan. Sin embargo, no me vale la explicación de alguno de sus panegiristas (y quizás del propio Juan) de que el temple en Belmonte es producto de un milagro taurino, ya que conseguiría reducir la velocidad del toro sin ardid técnico alguno, en virtud de un misterioso poder personal.
Lo vimos en su día, el temple del toreo depende del temple del toro que, a su vez, depende del temple del palo (de la vara del picador) y sobre todo de la técnica del toreo (llevar al toro humillado y en recorrido curvo).
Lo cierto es que, con Belmonte, será cuando se empieza a hablar en serio del temple y se empiece a considerar como un mérito del torero torear lo más despacio posible al toro.
Toreo de brazos que no de piernas
Aconsejaba Belmonte en un tentadero a un chaval al que reconocía posibilidades:
¡Suelta los brazos y torea como si no tuvieras piernas!
Lo decía el propio Juan:
“En los tiempos en que vestí mis primeros trajes de luces, dominaba el toreo de piernas y yo puse en ejecución el toreo de brazos”.“Recuerdo a este propósito una frase mía que se hizo muy popular. Varios amigos vista la debilidad de mis piernas me animaban a que me pusiera en tratamiento con el fin -me decían ellos- de que adquiriese la fuerza necesaria para correr por el ruedo. Entonces fue cuando dije: ¡Ah, ¿pero es que yo tengo que correr? Yo creía que el único que tenía que correr en la plaza es el toro!”
Sobran los comentarios.
El sentimiento o acento personal. Patetismo
Era una de las claves de su toreo y de su personalidad. Sólo llega al público quien “siente” lo que esta haciendo. Juan Belmonte introduce nuevas expresiones, insólitas antes de él: “El toreo es una caricia suave”; “Se torea como se es”; “Para torear hay que olvidar que se tiene cuerpo”…
Lo explicaba el propio Juan a Luís Bollaín en “La Tauromaquia de Juan Belmonte”:
“Yo siempre he toreado a impulso de mi sentimiento y sin usar la cabeza….”
Añadiendo Bollaín que Belmonte sólo comprendía el toreo cuando este estaba bañado en sentimiento y pasión. Acento personal que constituye otra de las novedades que el trianero aporta a la Fiesta.
Excepcional toreo de capa.
Pocos toreros en la historia resistirían la comparación con el toreo de capa de Juan Belmonte. Desde luego muy pocos de los posteriores y casi ninguno de los anteriores.
Sus seguidores (Cagancho, Curro Puya) darán verónicas aisladas de gran calidad, quizás mejores que las de Juan, pero sin la ligazón característica del toreo de capa del trianero.
Pepe Alameda asegura que en los tentaderos le vio dar la vuelta completa al toro sin que abandonase los vuelos del capotillo y sólo a base de un juego de muñecas prodigioso.
Posiblemente, el único torero que pueda parangonarse a él, sea el rondeño Antonio Ordoñez, uno de los grandes de la historia del toreo.
Por contra, en la muleta y comparado con la magnitud de su toreo de capa bajaba el nivel, según Alameda, quien sigue diciendo que el público lo que deseaba era que la faena finalizase pronto para darle el homenaje que merecía su toreo de capa. Lo cierto es que el toreo de muleta actual bebe más en las fuentes de Joselito y Chicuelo que en las del diestro de Triana, que rara vez toreó en redondo.
Naturales de Joselito el Gallo en Madrid (Mayo de 1916). En la ligazón de estos naturales empieza la faena moderna. Obsérvese el remate atrás con el toro enroscado en el cuerpo del torero.
(Continuará…)
Un saludo Sr. Morente.
ResponderEliminarEs para mi una delicia visitar su blog y cada vez que descubro un nuevo post, antes de leerlo ya lo disfruto.
Tengo 27 años y me encantan los toros, me considero aficionado aunque una vez repasado todos sus post no se que decir, me queda mucho por saber y su blog me está ayudando muchísimo a ello, a formarme como aficionado taurino.
Me gusta como lo cuenta, sin afirmaciones rotundas, aclarando que es su opinión, acompañando lo comentado con fotos, vídeos, recortes de periódicos, referencias a libros... Es meritorio el trabajo que tiene tras de si la elaboración de cada post.
Yo no tengo blog, vista la calidad de la blogesfera taurina prefiero leer y aprender, cuando considere que tengo algo que aportar interesante, que sume, no dudaré en abrir uno, un sueño sería crear uno a la altura del suyo.
No sé si conocerá la red social Twitter, allí tengo perfil, me hago llamar @TendidoSur y somos muchos los taurinos que por allí intercambiamos impresiones; aficionados, toreros, mozos de espadas, ganaderos, periodistas, críticos y gran cantidad de blogeros. Le invito a que forme parte de Twitter, conociendo su blog sería una gran fichaje y aportaría mucho. De hecho, conocí su blog por twitter, debido a la mención que hizo del mismo Juan Medina, del blog El Escalafón del Aficionado y en twitter @medinaescalafón.
Últimamente, me he tomado la libertad de recomendar su blog por twitter, creo debe ser blog de cabecera para cualquier aficionado taurino.
Soy de Jerez, así que a parte de toros me toca de cerca el flamenco, en ese mundo me pierdo más aunque gracias a mis padres se diferenciar algunos palos y el cante de los Moneos, qué le voy a contar.
Me despido agradeciendole su labor, ayuda a fomentar la tauromaquia, a
comprender que es un arte y en mi caso, su blog tiene una importante función docente. Vi en su perfil que es arquitecto, yo soy ingeniero de edificación, ¡está la situación difícil!
Espero haberle convencido y verle por twitter, yo cada día me dejaré caer por aquí.
Claudio de Diego Iglesias (@TendidoSur)
Claudio:
ResponderEliminar1. Muchas gracias por los comentarios sobre el blog.
2. De Twitter estoy pez. Parece muy interesante por lo que comentas y la posibilidad de estar en contacto con buenos aficionados a los toros y al flamenco. Pediré a algún amigo que me oriente.
3. Sobre los Moneo, sólo una cosa: ¡Viva el arte!
4. Por lo que respecta a la dificil situación de nuestro común gremio, creo que vamos a tener que dedicarnos a torear o cantar flamenco. Como hubiera dicho el Espartero de vivir hoy: ¡Más cornás da el urbanismo!
Un abrazo
Jose Morente
Es curioso como existen numerosos videoclips de Joselito toreando a la antigua, por pies y no los hay de Belmonte, por brazos, como creador del bello toreo moderno,con los pies clavados en la tierra.
ResponderEliminarAnónimo:
ResponderEliminarCreo que considerar antiguo el toreo de Joselito y moderno el de Juan, es una simplificación histórica aunque -reconozco- constituye un lugar común entre críticos y aficionados.
Juan trajo una estética nueva (eso es innegable) pero el toreo de José es eterno pues no en balde de esa fuente bebieron los toreros que siguieron después. Y no hablo sólo de un determinado concepto lidiador (Marcial, Ortega, Luís Miguel, Juli) sino también de una determinada concepción técnica: el torero en redondo que en él tuvo su principal valedor y que siguieron y depuraron toreros como -ahí es nada- Chicuelo y Manolete.
Nuestra época bebe de la técnica joselista tanto o más que de la estética y patetismo belmontista.
Un abrazo