Parece indiscutible que uno de los momentos en que la Fiesta alcanza mayor interés es con la irrupción en los ruedos de Juan Belmonte y su nueva forma de torear.
Asombro y estupor en los públicos
El toreo de Belmonte causó el asombro y estupor de los espectadores por lo novedoso. Le llamaron por ello, Cataclismo y Terremoto. ¡Así no se puede torear! sentenció Guerrita (y resulta que después sólo se pudo torear así).
Las caras del público sacando a hombros a Belmonte (a la silla de la Reina, mejor dicho)
Gregorio Corrochano decía que fue de tal magnitud el impacto que su toreó causó en los públicos que a la tauromaquia de Goya sólo le falto la cara de las multitudes viendo torear al Pasmo de Triana.
Los Toros de Burdeos. Lámina II Dibersión de España. Goya (Detalle)
Buena prensa
El apoyo de los públicos se continuó con el apoyo que al toreo de Juan Belmonte dispensaron críticos, escritores y artistas.
Belmonte en Gómez Cardeña con Sebastián Miranda, Ramón Pérez de Ayala y Claridades
Los ditirambos y los elogios desmedidos por parte de la crítica taurina van a ser habituales en las reseñas de las corridas que toree Juan. Si a eso se añade el apoyo de los intelectuales y artistas, se explica la repercusión mediática que alcanzó en su momento su toreo. Repercusión que llegó a tener tintes místicos y casi religiosos.
Entronización de Belmonte y su toreo. Esta imagen (de la revista Palmas y Pitos) está incluida en el interesante blog “Triana en la red”, cuyo link es: http://trianaenlared.blogspot.com/search/label/TAUROMAQUIA
¡Juanito! ¡Sólo te falta morir en la plaza! le diría un día don Ramón del Valle-Inclán. La respuesta sarcástica y genial del trianero (¡Se hará lo que se pueda, Don Ramón!) es de todos conocida y refleja muy bien el carácter y personalidad del torero.
Valle Inclán (Fotografía de Alfonso)
Su aportación técnica
Lo que si es indudable es que Belmonte renovó el toreo desde el punto de vista técnico y, sobre todo, desde el punto de vista estético. Otra cuestión (quizás no resuelta) es si esa renovación tuvo alcance de revolución (como se dijo en sus primeros momentos) o de restauración de las normas clásicas, las de Pedro Romero (como han señalado otros escritores).
La verónica inmensa de Juan Belmonte
Pervivencia de su toreo
En cualquier caso, lo que ya resulta más sorprendente -por lo menos a mí- es la pervivencia de su toreo en el tiempo o, mejor dicho, la importancia concedida aún hoy a su forma de torear (la famosa trilogía de parar, templar y mandar), que se reputa por algunos como la única forma correcta de torear y que, sin perjuicio de su validez actual que la tiene, ha devenido en el canon o norma única, desplazando cualquier otro modo o concepto del toreo, lo que entiendo es más que discutible. Como reconoce Francisco de Cossío (Los Toros. Tomo 9. Madrid, Espasa Calpe. Página 844):
“Hizo posible que se impusiera una nueva concepción del toreo, que hoy nos parece la única forma de conjugar el dominio con el arte frente a un toro de lidia”
¿Como toreaba realmente Juan Belmonte?
Sin embargo, a mí se me plantea una interrogante. Cuando hoy se defiende el canon Belmontista como único legítimo (Joaquín Vidal sería el crítico reciente más representativo de esta tendencia) ¿se está realmente defendiendo el toreo de Belmonte, la estética o la técnica belmontista, o por el contrario, la imagen que -inventada o imaginada- tenemos del mito?.
Dicho de otro modo ¿Toreaba Belmonte realmente como nos dicen hoy, algunos críticos y escritores, que toreaba o no?
Juan toreando al estilo de José
Cuestión importante, en mi opinión, de aclarar ya que en nombre de ese supuesto canon -y sin más razones- se sigue hoy día anatematizando o infravalorando a más de un torero, lo que no me parece de recibo.
Un típico desplante de Juan Belmonte quien los prodigaba casi todas las tardes
(Continuará…)
Precioso post Jose, maravilloso como nos llevas en volandas a esas epocas a veces olvidadas. Gracias y felicidades
ResponderEliminarcomo llevarnos a esas epocas??? llevarme al conocimiento, yo que pense que sabia u poquito de toros y me doy cuenta que es ahora cuando empiezo a saber algo, jajaja
ResponderEliminarde todas formas despues de leer tus comentarios y descripciones de los gallo, belmonte manolete y jose tomas,como quizas de los mas grandes del toreo,¿porque una personalidad artista del flamenco, gitano y enamorado del arte de torear que conoci mucho, siempre me dijo que el mas grande que vio y existio, fue antonio ordoñez?, todavia no te he leido ninguna referencia a el, y estoy ansioso para poder contrastar esta opinion con tus comentarios y descripciones, sigue por favor llevandonos por estos mundos besossssssssss
Julio:
ResponderEliminarYa comenté algo de Ordoñez con motivo de Luís Miguel y el Verano sangriento de Hemingway. Sin embargo, lo que dices es cierto. Ordoñez merece detenerse en el de forma especial.
Un abrazo
Jose
Por fotografias no se puede apreciar la grandeza del toreo belmontino. Se necesita de los videos creados a partir de antigua filmaciones como lo han hecho con Joselito, para rescatar la grandeza de Juan Belmonte. Hay que ver videoclips de Belmonte
ResponderEliminarAnónimo:
ResponderEliminarEvidentemente la mejor forma de ver el toreo es "en vivo y en directo" y una buena aproximación puede ser el video. Incluso también las antiguas películas.
Sin embargo, Belmonte fue un torero muy "fotogénico". No en balde, es en su época cuando la fotografía taurina coge vuelo.
Dicho lo anterior creo interesante su propuesta de ver videos de Belmonte. Estoy seguro que sorprenderían a más de un aficionado e incluso a algunos críticos. Posiblemente no respondan a la imagen que de él nos hemos formado a partir de lo que se ha escrito sobre este torero.
Un abrazo
Brillante análisis. José Morente tiene la virtud de engarzar la historia con la actualidad de la fiesta; o mejor dicho, estudia y explica el pasado, para nos demos cuenta de lo que sucede en el presente. Me permitiría agregar que la conferencia de Domingo Ortega en el Ateneo de Madrid contribuyó a que la forma de torear de Belmonte fuera vista como la "única" técnica valida. Es decir, me da la impresión que Vidal y otros críticos con esa línea, tomaron el cánon, en parte, a partir de lo que dijo Domingo Ortega.
ResponderEliminarAntonio Casanueva:
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo. La conferencia de Ortega es clave para entender una forma de torear y para entender como se ha escrito la historia del toreo a partir de ese momento.
Cuestión distinta es entender lo que ocurre en los ruedos pues lo que dice Ortega y lo que cuentan los panegiristas de Juan Belmonte no explica en su totalidad (ni mucho menos) el toreo de nuestros días.
Un saludo y gracias