Banderillas al quiebro (La Lidia 20-04-1885)
El quiebro que despertó tantos entusiasmos en los públicos, no gustó sin embargo a los aficionados más ortodoxos ni a algunos matadores. Entre ellos, al sobrio y rudo Pepete, quien dijo que:
“Eso del quiebro no es torear, es hacer títeres con los toros”
Además, el Gordito, alentado por sus éxitos, quiso competir con el Tato, quien ya llevaba diez años de alternativa y tenía formado partido a su favor, por lo que los ánimos se enconaron en su contra.
Una famosa fotografía del Tato
Ambiente enrarecido que él mismo fomento con una ofensiva carta dirigida al gran estoqueador y que se publicó en el Porvenir de Sevilla en abril de 1862. La competencia acabó con la desgracia del Tato a quien tuvieron que amputar una pierna por una cornada de un toro de don Vicente Martínez.
La competencia del Tato de Sevilla y el Gordito de ídem.
Después, el Gordito, intentó entablar competencia con Lagartijo (quien empezaba entonces su carrera taurina) pero sin éxito.
El Gordito se retiró tardíamente en 1884, mermado de facultades, pero a los toros claros los siguió banderilleando de forma sensacional hasta su retirada. Tampoco faltaron sus alardes y desplantes en los últimos años de su carrera taurina.
El Gordito en 1878 con Currito (El hijo de Cúchares), Cuatro Dedos y Fernando el Gallo, que había formado parte de su cuadrilla.
Antonio Carmona es de los pocos diestro que ha enriquecido con una suerte nueva el arte del toreo. Su aportación técnica, el quiebro, causó asombro por la facilidad y frialdad con la que el diestro, con o sin engaño, engañaba (valga la redundancia) a la fiera. Lo practicaba a cuerpo limpio y con las banderillas, pero también con la capa y con la muleta ya que lo convirtió en el mecanismo esencial de su toreo.
Antonio Carmona el Gordito (La Lidia. 09/10/1882)
Pese al desapego de los “inteligentes” (los puristas de entonces) su influencia en la lidia es enorme, por la importancia que dio al segundo tercio. Con él empieza la lidia equilibrada, el lidiador completo en los tres tercios. Tradición que mantendrá Guerrita, quien también triunfó ruidosamente como banderillero antes de tomar la alternativa y Joselito el Gallo, a quien en alguna ocasión dio consejo el Gordito, antiguo jefe de cuadrilla de su padre Fernando.
El Gordito ya retirado (Cossío. Tomo III).
Transmisión de saberes. Joselito escucha atentamente las enseñanzas del Gordito (Historia Ilustrada de la Tauromaquia Tomo II. Fernando Claramunt)
Que Joselito aprovechó las enseñanzas del Gordito es evidente a la vista de la sensacional forma que tenía de ejecutar el par al quiebro.
Tenemos la suerte de poder verle en acción, en Madrid, el día de los 7 toros de Martínez (3 de julio de 1914). Lo veremos quebrar, primero a cuerpo limpio y luego clavando las banderillas de una forma excepcional, al tercer toro de la tarde de nombre “Barrabás” con el que estuvo muy bien.
El encuadre de la cámara, cuando clava, permite apreciar muy bien la calidad de la ejecución de la suerte, ya que lo ortodoxo es sacar la pierna lo mínimo posible, como hace Joselito.
De tal manera, que va en desdoro de la suerte exagerar el quiebro o espatarrarse en demasía, lo que se reputa como defecto en su ejecución.
Joselito el Gallo en la suerte de banderillas por Andrés Martínez de León
Muy interesante lo de la importancia que dio al 2º tercio y la idea de la lidia equilibrada. Por cierto no entiendo el desuso de la suerte en banderillas, cuando los recortadores y los toreros cómicos y los de las corridas landesas hacen quiebros fantásticos. Es tan interesante el quiebro que un torero como Morenito de Maracay con escaso bagage y gran valor, basó casi su carrera en ellos.
ResponderEliminarMe gustan mucho las peliculas antiguas tienen un encanto especial y esta de Joselito parece que esté rodada para la explicacion del tema que tratas en esta entrada, es como una traca final.
ResponderEliminarAndrés:
ResponderEliminarCuando hablo del desuso del par al quiebro no me refiero a recortadores, landeses y demás, sino a la suerte ejecutada por los maestros (las figuras) en los medios o en el tercio (como hacían El Gordito o Joselito el Gallo), que es -en mi opinión, el par fetén y que hoy no se práctica.
Si quiebran -no siempre ni todos- los matadores banderilleros, pero cuando lo hacen lo es al hilo de las tablas, donde es más fácil el quite de los peones.
En cualquier caso, estoy de acuerdo contigo en el interés e importancia que tiene el par al quiebro cuando gracias, casi exclusivamente al mismo (y realizado al hilo de las tablas) consiguió cimentar su carrera y reputación un torero con el bagaje de Morenito de Maracay.
Un abrazo
Jose Morente
No me expliqué bien. Decía que no entiendo el desuso cuando en otras formas de toreo lorealizan con tant frecuencia. Luego, si en otras formas de toreo es muy frecuente ¿por qué se ha perdido en las corridas?. Desde luego por su dificultad y riesgo, pero el riesgo, aun siendo menor, también se da en las otras lidias y lo siguen ejecutando con asiduidad y en las corridas no se hace nunca, salvo alguna vez al hilo de las tablas, para poder quitar desde dentro de las tablas. Esa era mi extrañeza. ¿Tanto riesgo tiene para haber, prácticamente desaparecido?, ¿Tanta diferencia de riesgo hay para ser una suerte habitual en otras lidias y no existir en la corrida? ¿Hay otros motivos para la desaparición en las corridas?
ResponderEliminarPor cierto no comenté nada del bellísimo par de Joselito, por que creía que es muy conocido por estar en la filmoteca de Achúcarro. Fantástico, sin ninguna duda.
Andrés:
ResponderEliminarCreo que planteas una duda o una pregunta esencial que exige una respuesta no simplista ¿Cual es la razón última para que una suerte (da lo mismo hablar de quiebro que de cualquier otra suerte antigua) deje de practicarse?
Evidentemente no parece que sea sólo cuestión de riesgo, quizás sí de modas o de adecuación a la época. Quede planteada esta cuestión, que parece necesitada de mayor profundización, posiblemente suerte a suerte.
Jose